La atención del país se centra en la Comisión de Acusación de la Cámara de Representantes, la cual tomará la decisión de si se debe llevar a juicio a Gustavo Petro por presunta financiación indebida en su campaña. El presidente muestra inquietud ante el desenlace de este proceso. Desde que se conocieron las estructuras de las mesas directivas del Congreso en julio de 2022, Gustavo Petro no ha ocultado su preocupación por la Comisión de Acusación de la Cámara de Representantes. Esta situación representa una posible amenaza política y legal en su contra, dada la forma en que fue conformada.
Antes de asumir su cargo, en una reunión confidencial con sus colaboradores más cercanos, el presidente expresó abiertamente su inquietud. Posteriormente, volvió a generar preocupación en varias bancadas del Pacto Histórico. Y este miércoles 7 de junio, aprovechando la efervescencia de las marchas a favor de sus reformas estructurales, volvió a lanzar una advertencia.
La Comisión de Acusación suele ser pasada por alto por la mayoría de los gobiernos, ya que los expresidentes generalmente confían en obtener la mayoría en este escenario que puede llevar a cabo un juicio penal, disciplinario, fiscal y político que podría resultar en la destitución de un jefe de Estado.
Las preocupaciones de Gustavo Petro son comprensibles. De los 18 representantes investigadores, actualmente tendría 9 a favor y 9 en contra, una cifra que no le permite estar tranquilo, ya que ni siquiera él sabe cómo terminará su último escándalo relacionado con el supuesto ingreso de 15.000 millones de pesos a su campaña presidencial, un tema que se está convirtiendo en un creciente motivo de preocupación.
Además, no sabe hasta qué punto Armando Benedetti continuará haciendo declaraciones en su contra. El gobierno teme que la situación se vuelva más complicada y que, con el paso de los días, pierda el control político y los números jueguen en su contra.