En el mundo de las redes sociales, surgió una tendencia que ha generado controversia y notoriedad. Se trata de la tendencia NPC (Non Playable Character o Personaje no Jugable), originada en el ámbito de los videojuegos, pero que ha encontrado su hogar en TikTok. Esta tendencia ha adquirido tal notoriedad que algunos influencers han ganado importantes sumas de dinero en poco tiempo, hasta 6,000 dólares en una hora.
Los NPC, en el contexto de los videojuegos, son personajes que interactúan con los jugadores mediante frases predefinidas y reacciones programadas para guiarlos en misiones o proporcionar pistas. Sin embargo, en TikTok, esta tendencia se centra en imitar el comportamiento robótico y repetitivo de estos personajes, convirtiendo las transmisiones en vivo en sesiones que pueden durar horas. En estas transmisiones, los streamers mantienen una personalidad artificial y robótica, repitiendo líneas de diálogo y acciones específicas de manera continua. Su interacción se limita a frases cortas y repetitivas en respuesta a los stickers y regalos enviados por los espectadores, que se traducen en ingresos para el creador.
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La viralidad y rentabilidad de esta tendencia han llevado a estrellas de Twitch, como Kai Cenat, con millones de seguidores, a unirse a ella. Un ejemplo notorio es el video de Kai Cenat que muestra cómo se convierte en un personaje de videojuego durante una hora de transmisión en vivo, generando casi 6,000 dólares en ingresos. Sin embargo, no todos los usuarios de TikTok pueden acceder a ganancias de cuatro cifras por hora. Los creadores deben tener una base de seguidores considerable, generalmente más de 10,000, para acceder al fondo de monetización para creadores. Además, deben contar con la lealtad de su audiencia, algo que estas estrellas de Twitch ya tienen.
Es importante destacar que TikTok prohíbe explícitamente el contenido sexual. Sin embargo, algunos críticos señalan que esta tendencia puede incentivar el comportamiento condicionado de los espectadores al ofrecer pequeñas sumas de dinero, lo que podría llevar a un control y poder sobre las personas, similar a plataformas más explícitas como OnlyFans. Esta tendencia ha generado polémica debido a su naturaleza inquietante, así como a las preocupaciones sobre su carácter sexualizado, fetichista y deshumanizador. A medida que continúa extendiéndose, es probable que siga siendo objeto de debate y discusión en el mundo de las redes sociales.