La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) presentó este jueves su Informe Anual 2024 con un llamado de atención sobre las amenazas a la institucionalidad democrática en varios países de la región y destacó el rol del sistema interamericano para responder a las violaciones de derechos fundamentales.
El informe, compuesto por seis capítulos, reúne los principales logros y desafíos del sistema regional de protección de derechos humanos. Según la CIDH, en 2024 se recibieron 2.883 peticiones individuales, de las cuales el 14 % fueron admitidas a trámite.
Además, se publicaron 121 informes de fondo que documentan graves violaciones como desaparición forzada, tortura y ejecuciones extrajudiciales.
En cuanto al mecanismo de soluciones amistosas, se firmaron 19 nuevos acuerdos y se verificaron avances en la implementación de 143 medidas de reparación. El sistema también remitió 26 casos a la Corte Interamericana de Derechos Humanos (Corte IDH) y participó en 11 audiencias públicas por casos contenciosos.
La CIDH otorgó o amplió 77 medidas cautelares para proteger a más de 7.430 personas, colectivos o comunidades en riesgo. Este mecanismo se activó especialmente por la situación en Venezuela, Nicaragua y Cuba, así como en contextos electorales donde se reportaron amenazas a líderes sociales y periodistas.
En su análisis sobre la situación de los países miembros de la OEA, el Capítulo IV del informe advierte sobre un deterioro generalizado de la separación de poderes, el aumento de la polarización y la militarización de funciones civiles.
También se documenta el uso excesivo de la fuerza en contextos de protesta social, la represión contra defensores de derechos humanos y periodistas, y un entorno restrictivo para las libertades fundamentales.
La CIDH alertó sobre el agravamiento de las condiciones de detención, retrocesos en políticas de memoria y justicia, y discursos oficiales que afectan los derechos de personas migrantes.
Además, dedicó un apartado especial a Cuba, Nicaragua y Venezuela, donde se observaron vulneraciones sistemáticas a los derechos humanos y a los principios de la democracia representativa.
Durante 2024, la CIDH realizó dos visitas in loco a Colombia y Guatemala para documentar situaciones estructurales de violencia e impunidad. Asimismo, publicó tres informes de país sobre Bolivia, Honduras y El Salvador, y desarrolló 12 visitas de trabajo en el marco de su estrategia para el Caribe.
Las relatorías temáticas publicaron estudios sobre libertad religiosa, reparaciones con enfoque de género y la situación de la niñez. Además, se realizaron 279 actividades de formación y promoción, beneficiando a más de 4.100 personas en la región.
En el Capítulo V, el informe detalla el seguimiento a 251 recomendaciones emitidas a Brasil, El Salvador, México y Perú. De estas, 170 mostraron avances y 27 fueron cumplidas en su totalidad. La CIDH evaluó la información enviada por los Estados y organizaciones sociales, y concluyó que aún persisten desafíos para garantizar la implementación efectiva de sus resoluciones.
La Comisión también informó sobre su gestión interna, destacando la implementación del segundo año del Programa Colabora y el desarrollo de herramientas tecnológicas como GAIA, E-Vote y SIMORE Interamericano, que sistematiza más de 7.700 recomendaciones clasificadas. Estas plataformas fortalecen el acceso a la justicia y la transparencia institucional.
El presidente de la CIDH, José Luis Caballero, señaló que el informe ofrece «una radiografía detallada del contexto hemisférico» y cumple una función clave para la transparencia institucional. La CIDH reiteró su reconocimiento al rol de las organizaciones de la sociedad civil, así como al aporte de los Estados y países observadores de la OEA.
(COLPRENSA)