El quinto informe sobre la situación de los pueblos indígenas “Derechos a tierras, territorios y recursos”, divulgado por el Departamento de Asuntos Económicos y Sociales de la ONU (DESA). Afirma que garantizar los derechos y territorios indígenas ayudaría a reducir la pobreza y contribuiría a la seguridad alimentaria, además, impulsaría el desarrollo al estimular la inversión en lo que tiene que ver con los proyectos sostenibles.
Según datos de la ONU, los pueblos indígenas tienen casi tres veces más probabilidades que el resto de las personas de vivir en la pobreza extrema y actualmente representan casi el 19% de los pobres extremos que viven con menos de 1,90 dólares al día.
En ese sentido, la Agenda 2030 ofrece oportunidades que buscan promover los derechos de los pueblos indígenas a sus tierras, territorios y recursos, al mismo tiempo que ayudaría a combatir y mitigar el cambio climático y su impacto alrededor del mundo.
Los Objetivos de Desarrollo Sostenible representan avances al tocar preocupaciones indígenas. Sin embargo, estos cuentan con muchas brechas y pueden implicar riesgos hacia los pueblos indígenas, por ejemplo, la Agenda 2030 no reconoce plenamente los derechos colectivos en relación con las tierras y los recursos o con la salud, la educación, la cultura y las formas de vida, derechos colectivos que están en el corazón de las comunidades indígenas.
Por otra parte, aunque los derechos humanos hacen parte central en la Agenda 2030 y se enfocan en áreas prioritarias para pueblos indígenas, no obstante, dejan fuera un sin número de desafíos.