por Konuco | Feb 12, 2025 | Indígenas
Las autoridades de los pueblos indígenas de Toribio, Tacueyó y San Francisco, que conforman el «Proyecto Nasa», han denunciado públicamente la intensificación de los ataques por parte del grupo armado disidente de las FARC-EP Dagoberto Ramos. La organización indígena, que ha luchado durante más de 50 años por la defensa de la vida, la unidad comunitaria y la autonomía territorial en el Cauca, enfrenta una nueva ola de violencia que pone en peligro tanto su seguridad como la de las futuras generaciones.
En un comunicado difundido el 12 de febrero, las autoridades indígenas alertaron sobre los intentos de este grupo armado por difamar y socavar la estructura organizativa indígena. Según señalan, los ataques forman parte de una estrategia más amplia para desestabilizar la comunidad y tomar el control de los territorios ancestrales, que han sido protegidos por generaciones de pueblos indígenas.
Los recientes hechos de violencia incluyen el envío de un panfleto amenazante el 3 de febrero, en el cual el grupo armado intentó intimidar a las autoridades de Toribio. Sin embargo, uno de los ataques más alarmantes ocurrió el 9 de febrero, cuando sicarios se hicieron pasar por guardias indígenas para llevar a cabo un atentado en el casco urbano de Toribio, donde resultaron heridos un comunero y una niña de 10 años. Este ataque, junto con el asesinato de Alberto Quitumbo Yatacué, un firme defensor de la paz, ha desbordado la paciencia de las autoridades indígenas.
Estos incidentes no son aislados. De acuerdo con los informes de las autoridades, los grupos armados ilegales están tratando de arrebatar el control de las tierras y recursos naturales en la región, particularmente en relación con el negocio ilícito de la marihuana. En lugar de promover la paz, estos grupos perpetúan la violencia y buscan involucrar a menores de edad en sus actividades ilícitas, utilizando incluso a niños y adolescentes como “carne de cañón” en los enfrentamientos armados.
Las autoridades indígenas también han expresado su preocupación por el regreso de excombatientes que abandonaron sus procesos de reincorporación. Estos excombatientes, que en su momento se comprometieron con la paz, han retomado las armas y están reforzando las estructuras de los grupos armados ilegales, lo que agrava aún más la situación de inseguridad en los territorios indígenas.
En su comunicado, las autoridades del Proyecto Nasa exigieron un respeto absoluto a los territorios originarios y los derechos territoriales de las comunidades. Pidieron el cese inmediato de los ataques, el reclutamiento forzado de menores y el uso indebido de los símbolos de la organización indígena. Estas acciones, según denuncian, constituyen violaciones al Derecho Internacional Humanitario (DIH), ya que representan un ataque directo a la población civil, lo cual es considerado como un delito de lesa humanidad.
A pesar de la creciente violencia, las autoridades indígenas ratificaron su disposición al diálogo. Insistieron en la necesidad de un proceso de paz estructural que permita la protección de los territorios y la garantía de la vida en armonía, como un derecho fundamental de las comunidades indígenas. La organización también destacó que, a pesar de los desafíos, las comunidades indígenas siguen luchando por su supervivencia y por el respeto de sus espacios vitales.
por Konuco | Feb 11, 2025 | Indígenas
El Tejido de Defensa de la Vida y los Derechos Humanos de la ACIN (Asociación de Cabildos Indígenas del Norte del Cauca) reportó este lunes 10 de febrero el asesinato de un guardia indígena en el municipio de Toribío, en el norte del Cauca. El ataque ocurrió en la vereda La Palma, cuando alrededor de las 5:00 a.m., Alberto Quitumbo, conocido como Kiwe Thegnas, fue interceptado por hombres armados que le dispararon hasta causarle la muerte.
Alberto Quitumbo formaba parte activa de la guardia indígena en su comunidad y era reconocido por su compromiso con la defensa del territorio y los derechos de su pueblo. Su trabajo de protección del entorno y la vida comunitaria lo había puesto en conflicto con grupos armados ilegales que operan en la región. Además, en el pasado, Alberto había sido víctima de un atentado mientras participaba en un proceso de liberación de la tierra, un esfuerzo colectivo por recuperar el control de los territorios ancestrales.
El asesinato de Alberto Quitumbo resalta la violencia creciente contra los pueblos indígenas en el norte del Cauca, un territorio históricamente marcado por el conflicto armado. Se sabe que, recientemente, Quitumbo había recibido amenazas por su involucramiento en la defensa del territorio y su apoyo a las autoridades indígenas locales.
La comunidad indígena de Toribío, así como las autoridades ancestrales del territorio, se encuentran en proceso de investigación para esclarecer los detalles del asesinato. A pesar de estos esfuerzos, el crimen subraya el riesgo constante al que se enfrenta la población indígena, campesina y afrodescendiente en el Cauca. La violencia en esta región del país sigue cobrando vidas, y la situación de las comunidades sigue siendo precaria.
En el comunicado, el Tejido de Defensa de la Vida y los Derechos Humanos expresó su solidaridad con la familia de Alberto Quitumbo y con el pueblo indígena de Toribío, manifestando su condena ante lo que consideran un acto de violencia sistemática contra la guardia indígena. Además, hicieron un llamado urgente al gobierno nacional y a la comunidad internacional para que tomen medidas frente a la grave situación de derechos humanos en el norte del Cauca.
Este asesinato se suma a la creciente violencia en la región durante 2025, y resalta el riesgo constante para las comunidades que defienden sus territorios frente a la incursión de grupos armados ilegales. Las autoridades locales y organizaciones de derechos humanos siguen alertando sobre la desarmonía territorial y el riesgo que esto implica para la seguridad de los habitantes de la zona.
por Konuco | Feb 10, 2025 | Destacadas, Indígenas
En abril de 2024, en el cálido y seco municipio de Taganga, Magdalena, una niña wayúu de 13 años desapareció. Durante su desaparición, un ciudadano canadiense la mantenía cautiva y sometía a torturas en la habitación de un hostal de su propiedad. El suceso pasó desapercibido para la comunidad fuera del municipio y no fue tratado como una emergencia por las autoridades.
Un año después, el canadiense identificado como Andy Asselin fue capturado el 12 de enero en el aeropuerto Rafael Núñez de Cartagena cuando intentaba huir del país. Sin embargo, la Fiscalía solo le imputó el delito de secuestro agravado, a pesar de las pruebas de tortura física y emocional que presentaba la menor.
La activista y abogada wayúu Estercilia Simanca, quien asumió la representación de la familia de la niña sin haberla encontrado inicialmente, luchó por que el caso recibiera la atención adecuada. Simanca fue quien alertó a las autoridades y exigió un seguimiento más estricto de la situación. Sin embargo, su frustración creció al enterarse del caso diez meses después de los hechos.
Simanca ha sido clara al afirmar que la imputación actual no refleja la gravedad de los hechos. Por esta razón, recientemente envió una carta a la Fiscalía General de la Nación solicitando que se le imputara a Asselin el delito de tortura. La activista sostiene que la niña fue víctima de agresiones físicas y psicológicas, lo cual está documentado en las pruebas reunidas.
Además, la abogada señaló que la niña, siendo indígena wayúu, debe recibir un tratamiento especial por parte de las autoridades, basándose en la sentencia T-302 de 2017 de la Corte Constitucional. En esta sentencia, los niños y niñas wayúu son reconocidos como sujetos de atención prioritaria debido a la situación de vulnerabilidad que enfrentan.
Simanca también expresó su preocupación por la falta de información sobre la situación de la menor, su familia y su comunidad. Temiendo que Asselin quede libre, la activista aseguró que continuará vigilando el caso para garantizar que se haga justicia y se proteja a la víctima, quien, según ella, debe recibir una atención especial por su condición de niña indígena.
Antes de ser detenido, Asselin viajaba entre Santa Marta y Cartagena, promoviendo actividades turísticas para atraer clientes a su hostal en Taganga. La comunidad indígena y las autoridades siguen esperando que el proceso judicial avance y que el responsable reciba la condena correspondiente por los daños causados a la niña wayúu.
por Konuco | Feb 8, 2025 | Indígenas
El 6 de febrero de 2025, autoridades ancestrales y los Kiwe Thegnas de los territorios de Jambaló y San Francisco, en el Cauca, realizaron un recorrido ambiental para identificar las desarmonías causadas por algunas actividades de los comuneros. La actividad recorrió diversas zonas, como la ribera del río Jambaló, La Pila, Nataly y Juntas en el territorio de San Francisco, con el apoyo de cinco comisiones encargadas de documentar los impactos ambientales.
Una de las comisiones más importantes siguió el curso del río Jambaló, comenzando en la vereda El Porvenir y finalizando en Loma Gruesa, en el municipio de Jambaló. Durante el recorrido, se detectaron varias prácticas que afectan gravemente al ecosistema, como la tala ilegal de árboles en las cercanías del río, el vertido de desechos químicos derivados de cultivos ilícitos, y la extracción minera en las orillas utilizando dragas y motobombas.
Estas actividades están alterando directamente el caudal del río, desviando el agua, lo que afecta tanto a los terrenos agrícolas como a las familias que dependen de ellos. Además, se reportaron muertes de animales acuáticos debido a la contaminación y la destrucción de sus hábitats. Las alteraciones ambientales no solo dañan el entorno natural, sino que ponen en riesgo la vida de quienes habitan el territorio.
Durante el recorrido, las autoridades tuvieron la oportunidad de dialogar con algunos habitantes de la región que realizaban estas actividades. Muchos de ellos reconocieron que sus prácticas dañinas surgían por la necesidad de obtener un sustento económico para sus familias. Sin embargo, también admitieron que no comprenden completamente el impacto ambiental que estas acciones están generando. Algunos se mostraron dispuestos a abandonar estas actividades si se les ofrecía apoyo con proyectos productivos sostenibles.
Este recorrido refleja la urgencia de concienciar a las comunidades sobre la importancia de proteger la Madre Tierra, o Uma Kiwe. El llamado es claro: es necesario un esfuerzo conjunto para garantizar un futuro saludable para las nuevas generaciones, equilibrando las necesidades económicas con la preservación del medio ambiente.
El compromiso con la conservación del territorio es vital para lograr un equilibrio mutuo entre las personas y el entorno, preservando las fuentes de vida que nutren a las comunidades. Es un recordatorio de que el cuidado del medio ambiente debe ser una responsabilidad compartida por todos.
por Konuco | Feb 7, 2025 | Indígenas
Dos jóvenes del pueblo Nasa, Leidy Jhoana Paví Cometa y Yaid Ferley Bolaños Díaz, están llevando su experiencia y liderazgo a Europa gracias a sus estudios de posgrado. A finales de 2023, ambos iniciaron el proceso para ingresar al prestigioso Máster en Políticas y Prácticas del Desarrollo del Graduate Institute de Ginebra, Suiza. De más de cien postulantes de América Latina, solo diez fueron admitidos, y ellos fueron dos de los afortunados seleccionados.
Leidy, originaria del Territorio de Toribío, y Yaid, de Tierradentro en el territorio de Tumbichucue, iniciaron su formación a principios de 2024, con clases presenciales y virtuales. En los meses de agosto y septiembre de 2024, tuvieron la oportunidad de hacer una estancia en Lima, Perú. Allí, además de sus estudios, exploraron lugares emblemáticos como Cusco y Machu Picchu, ambos Patrimonios de la Humanidad.
Durante su estadía en Europa, los jóvenes profundizaron en la investigación sobre la educación en salud intercultural y la construcción de la paz desde el Wëth Wëth Fxi’ze Yuwe, un proceso que busca mejorar el bienestar del pueblo Nasa. Estuvieron en Madrid, Segovia y Toledo, reflexionando sobre las dinámicas políticas y culturales de las ciudades españolas, dos de las cuales son Patrimonio de la Humanidad.
La arquitectura antigua, como el acueducto romano de Segovia, les recordó los trabajos de sus antepasados, que también dejaron huella en la historia. A su paso por los museos europeos, los jóvenes pudieron observar las luchas y resistencias de comunidades ante las injusticias de las épocas coloniales.
La parte más significativa de su experiencia en Ginebra fue el contacto con organismos internacionales. Tuvieron la oportunidad de conocer de cerca el trabajo de la ONU y la Cruz Roja Internacional, lo que les permitió entender más profundamente su rol como defensores de los derechos humanos.
«Mi paso por Ginebra me ha conectado con el corazón Nasa», dice Yaid, quien trabaja por la defensa de los derechos humanos en su comunidad. «Este conocimiento refuerza mi compromiso por continuar luchando por la vida, que es nuestro mayor tesoro», agrega. Leidy también destaca el aprendizaje de las leyes occidentales, pero resalta la importancia de seguir formándose y luchando por el bienestar de las mujeres Nasa, quienes enfrentan muchas dificultades.
Los dos jóvenes se sienten agradecidos por la oportunidad de estudiar en Europa, pero también reflexionan sobre las realidades de sus comunidades. Mientras exploraban lugares como Annecy y Mont Blanc, Yaid notó las diferencias con sus territorios en cuanto al cuidado del medio ambiente. «El turismo bien planeado puede ser una vía para aprender de nuevas lenguas y culturas, mientras promovemos un turismo comunitario que respete nuestros territorios», concluye Yaid.
El encuentro con diversas culturas ha sido una experiencia enriquecedora que les ha permitido comprender cómo sus conocimientos pueden contribuir al desarrollo de su comunidad. Para los compañeros de Leidy y Yaid, como Rodrigo de El Salvador, su energía y sabiduría ancestral resplandecen, mostrando que el pueblo Nasa tiene un enorme potencial para representar su cultura tanto en sus territorios como a nivel internacional.
María Magdalena de Guatemala, quien también ha trabajado con pueblos ancestrales, afirma que los jóvenes Nasa son embajadores de su pueblo ante el mundo, representando con fuerza y calidez los procesos políticos y culturales de sus comunidades.