por Konuco | Nov 18, 2022 | Destacadas, Indígenas
Fue anunciado que en el año 2024 se celebrará La II Copa América de Fútbol de los Pueblos Indígenas en Perú.
Este hecho fue confirmado por el dirigente indígena Ronald Suarez, quien se encuentra el Lima, realizando el trabajo de convocatoria a todo el equipo de profesionales. De esta forma esperan dar inicio a la estructuración del plan de trabajo, y lograr el desarrollo exitoso de este evento deportivo.
La II Copa América congregara a seleccionados de pueblos indígenas de Chile, Brasil, Ecuador, Colombia, Argentina, Paraguay, Bolivia, México y Perú.
El aviso es anticipado para las autoridades regionales y municipales para que inicien las mejorías del estadio oficial y así recibir la certificación de las autoridades del Comité Organizador.
La primera copa América Indígena se desarrolló en Chile en el año 2015. Durante este año la selección de Paraguay ganó en su primera edición, tras derrotar 1-0 a Colombia.
por Konuco | Nov 17, 2022 | Destacadas, Indígenas
Una serie de suicidios alarmó a un pueblo indígena y remoto de la Amazonía colombiana. Aterrados, los chamanes impusieron una cuarentena sin alcohol, fútbol, ni música en un intento por salvar la vida de los jóvenes, las principales víctimas.
«Yo acepté, porque me pasó a mí. Yo perdí a mi hijo, el único hijo que yo tenía», lamenta el chamán Iván Angarita (40 años) en conversación con la AFP.
La noche del 5 de septiembre los indígenas tikuna de Arara organizaron un ritual con tabaco, que se extendió hasta la madrugada, para expulsar los malos espíritus.
La semana anterior una muchacha y un chamán se quitaron la vida uno tras otro.
Los líderes espirituales y políticos impusieron entonces una «dieta» entre los 1.200 habitantes. Durante 20 días se restringieron las distracciones «occidentales» para frenar los suicidios, de los cuales no hay un registro oficial.
Iván recuerda que su hijo falleció a los 18 años y fue uno más de tantos jóvenes: «Un día domingo él encontró a los malos espíritus, al día siguiente lo encontraron allá colgado en una rama», comenta sentado junto a otros chamanes en la maloca, el principal centro de reunión comunitario.
En la Amazonia colombiana, donde los pueblos originarios son mayoría (58%), la tasa de suicidio en 2021 fue de 9,87 por 100.000 habitantes mientras que el promedio nacional fue de 5,71, según la autoridad forense.
Investigaciones científicas han evidenciado un fenómeno similar en países como Brasil, Perú y Guyana francesa.
Pérdida de tradiciones, discriminación en las ciudades, falta de oportunidades y entornos violentos sumen en la depresión a los jóvenes, coinciden expertos.
«Los jóvenes se nos están yendo (…) Se ahorcan, se disparan, se envenenan y ellos mueren de esa manera porque no encuentran una salida», sostiene Loida Ángel Ruiz (53), una profesora tikuna de San Martín de Amacayacu, otro pueblo amazónico colombiano afectado por los suicidios.
– Entre dos mundos –
Una de cada cien muertes en el mundo corresponde a suicidios, según la Organización Mundial de la Salud.
El indígena Abel Santos (50) explica que los primeros casos en Arara «se presentaron más o menos hace diez años», pero eran «esporádicos».
Luego de la pandemia de coivd-19 los suicidios estallaron entre la «gente de agua», como se autodenomina el pueblo originario, añade el etnolingüista de origen tikuna de la Universidad Nacional de Leticia, capital del Amazonas.
Ellos basculan entre su mundo ancestral y el de las costumbres modernas, sin encajar en ninguno.
«Tienen una gran cantidad de barreras que empiezan a chocar, entonces los chicos no se ven ni acá ni allá y eso empieza a tejer una cantidad de frustraciones», explica Tania Martínez, psicóloga y profesora de la Universidad Nacional de Leticia.
Según la experta, la primera ruptura se da a temprana edad, cuando los niños de comunidades apartadas migran para estudiar en los internados de poblados más grandes.
Allí sufren el rechazo, muchos se quedan para buscar trabajo sin éxito y luego regresan a sus comunidades pero no saben pescar, ni cultivar, ni quieren un matrimonio entre clanes como indica la tradición.
«Hay una fractura del vínculo no solamente filial (…) sino también comunitario, y en la familia y en la comunidad es donde está la red de apoyo», añade Martínez.
Además de su hijo, Iván también perdió a su cuñado.
En un ritual chamánico aspira una bocanada de tabaco, sorbe agua floral, se frota las manos y ya en trance imparte diagnósticos y curas a sus pacientes.
– Efecto espejo –
Unos 25 kilómetros de carretera y más de una hora de camino entre la selva espesa separan a Arara de Leticia.
En la maloca un grupo de chamanes hace una demostración de la limpieza con tabaco contra los suicidios.
Los líderes espirituales destacan el alcoholismo, la drogadicción y maleficios externos entre las causas de las muertes.
En San Martín de Amacayacu, la profesora Loida añade al abanico el contacto con la violencia narco en los cultivos de coca que abundan del lado peruano de la frontera.
Tras un suicidio suelen sobrevenir otros en el entorno cercano por el llamado «efecto espejo».
«Muchos de estos suicidios (indígenas) están relacionados con abusos sexuales, violencia intrafamiliar, también con homosexualidad que no quieren manifestar porque tienen miedo o vergüenza», explica la psicóloga Martínez.
por Konuco | Nov 11, 2022 | Destacadas, Indígenas
Múltiples grupos indígenas del Amazonas plasman su propia visión de la vida a partir del Cine.
En las entrañas de la selva amazónica colombiana, una Torre de Babel. Indígenas de lenguas, países y etnias diferentes descubrieron en el cine un lenguaje común para narrar su propia historia lejos de la mirada foránea.
En San Martín de Amacayacu, se juntaron por primera vez los pueblos Matis de Brasil y los Tikuna de Colombia. Fue un viaje de siete días por ríos torrentosos y caminos imposibles.
Resueltos a narrar sus propias historias, los matis consiguieron dos cámaras en 2015 gracias a la Fundación Nacional del Indio y aprendieron a filmar con el apoyo del Centro de Trabalho Indigenista de Brasil (CTI).
Ahora quieren que las comunidades del otro lado de la frontera también se narren a sí mismos.
«Hoy en día no queremos que los blancos vengan a filmar», dice a la AFP Damë Bëtxun Matis, de 27 años.
Un matis de rostro tatuado imparte instrucciones sobre cómo enfocar una videocámara. Se comunican en una mezcla de español, portugués y lenguas originarias.
Desde que los llamados «hombres jaguar» llegaron a este pueblo colombiano de unos 700 habitantes todo es «satisfacción» y «curiosidad», cuenta Lizeth Reina, una tikuna de 24 años.
«Nosotros no sabíamos manejar una cámara, entonces lo que hacen es mostrar su experiencia, brindando conocimientos y perseverancia (…) estamos muy felices por ese paso que estamos dando por primera vez», sostiene en español la joven aprendiz.
Una decena de matis salieron desde sus tierras en el Valle del Yavarí, desangrado por las mafias del tráfico de droga, pescado, minería y madera.
El periodista británico Dom Phillips y el indigenista Bruno Pereira fueron asesinados a tiros el 5 de junio en ese territorio, más grande que Austria, en el que se concentra la mayor cantidad de comunidades en aislamiento voluntario en el mundo.
«No es fácil llegar hasta aquí, se sufre un poco pero es muy emocionante», afirma el cineasta Pixi Kata Matis, de 29 años, también tatuado la cara como felino, lo que distingue a esta etnia contactada en 1976.
Miembros de los pueblos indígenas Tikuna y Matis editan un documental con el apoyo de una asociación francesa el 14 de octubre de 2022 en San Martín de Amacayacu, en la Amazonía colombiana. Fuente: Lina Vanegas AFP
– Cine selvático –
De mano en mano pasa una totuma rebosante de masato, una bebida fermentada a base de yuca. Los visitantes beben entre muecas y las carcajadas de los tikunas.
En la maloca, el centro cultural, político, social y espiritual, comienza la proyección de las películas matis.
Cientos contemplan deslumbrados cacerías con cerbatanas, arcos y flechas, también la fiesta del tatuaje, un ritual que acompaña el tránsito de los jóvenes matis a la edad adulta.
«Tenemos que mostrar a otros pueblos y a los blancos que nosotros tenemos nuestra identidad», asevera Pixi junto al río Amazonas.
Las escenas inspiran «respeto», coinciden los tikunas.
Las películas «pueden ayudar para que queden recuerdos para el futuro (…) que no nos olvidemos nuestras tradiciones», comenta en español Yina Moran, de 17 años y nacida en San Martín.
Divididos en grupos mixtos, los tikunas se proponen hacer tres cortometrajes sobre semillas, plantas medicinales y masato con el apoyo de los matis, el CTI y la asociación francesa ForestEver.
«Las cámaras se hundieron en el paisaje y las familias estaban más dispuestas a compartir y a comunicarse», observa Claire Davigo, coordinadora de ForestEver.
– Reporteros extranjeros –
Un exuberante parque natural rodea a San Martín de Amacayacu. Casas de madera y techos de zinc, algunas de murales coloridos, albergan varias generaciones de una misma familia.
Aprendices y experimentados pasan el día haciendo entrevistas y registrando la cotidianidad del pueblo.
«La comunicación fue muy hermosa, porque nos entendemos aunque casi no hablamos portugués, pero nos entendemos a través de nuestras culturas», apunta Yina.
En la tarde, cuando el bochorno cede, los lugareños se dan cita en el río, las mujeres lavan ropa y otros toman un baño. En la noche prenden generadores de energía por cuatro horas.
Entonces se apaga la música y comienza el mundo sonoro de la selva.
Los matis fueron contactados en los setenta y una década después ya eran «las estrellas de reportajes exóticos» realizados por periodistas de Estados Unidos, Japón, Francia e Inglaterra, según el CTI.
Los extranjeros quedaban cautivados por sus figuras ornamentadas: orejas perforadas con gruesos adornos; narices y labios atravesados por finas varillas; mejillas y frentes tatuadas con líneas negras y paralelas; collares, brazaletes y otras joyas en el resto del cuerpo.
«Muchas personas querían ir a la aldea, fueron muchas veces, filmaban sin nuestra autorización, sin nuestra comprensión, y después se llevaban el material» sin compartirlo, lamenta Pixi.
Por eso en 2017 los matis empezaron a escribir su propia historia.
– Documental premiado –
Desde que llegó a San Martín, Damë no ha soltado su cámara.
El cineasta participó en la realización del documental ‘Fiesta del tatuaje Matis’, que ganó el premio del jurado en el festival de cine indígena Kurumin en 2021.
La película muestra la tradición de marcarse el rostro, que abandonaron los jóvenes cuando comenzaron a ser discriminados en las ciudades.
Pixi convenció a la comunidad de retomar este ritual, luego de que un universitario lo increpara en público porque no le parecía un «indígena original» sin los tatuajes.
Unos 90 jóvenes de las cuatro aldeas matis se tatuaron y quedaron inmortalizados en video por sus pares cineastas.
«Me gusta mucho la aldea de los tikuna (…) me gustó mucho hacer este intercambio audiovisual», dice Bëtxun con un largo collar cruzado sobre el torso desnudo.
La última noche en San Martín cientos de pobladores acuden a la maloca para ver los cortometrajes realizados por los jóvenes tikuna con la ayuda de los matis.
Risas, aplausos y mucho masato acompañan la proyección. Cuando se le pregunta a Pixi si le afecta este vivir entre dos mundos, uno occidental y otro indígena contesta tajante: «No vivimos entre dos mundos, vivimos con dos mundos».