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En un significativo paso hacia una gestión más efectiva y humanitaria de la migración irregular, los gobiernos de Colombia, Panamá y Estados Unidos han reafirmado su compromiso de abordar esta problemática con un enfoque integral centrado en los derechos humanos y la responsabilidad compartida.

Este compromiso fue ratificado en la III Reunión del Mecanismo Tripartito sobre Migración, celebrada en Cartagena de Indias, y se enmarca dentro de los principios establecidos en la Declaración de Los Ángeles sobre Migración y Protección.

Durante la reunión, los representantes de los tres países subrayaron la importancia de la cooperación internacional para gestionar los flujos migratorios de manera eficiente y respetuosa con los derechos de las personas. El Canciller colombiano, Luis Gilberto Murillo, destacó los avances logrados por el Gobierno del Cambio, que incluyen la regularización de 2,5 millones de migrantes venezolanos y la implementación de Oficinas de Movilidad Segura. Estas oficinas facilitan el acceso a vías legales para Estados Unidos y otros países, y buscan expandir la cobertura de regularización para los venezolanos no incluidos en el Estatuto Temporal de Protección.

Por su parte, el Canciller de Panamá, Javier Martínez-Acha, resaltó la reciente firma de un Memorando de Entendimiento con Estados Unidos para repatriar a los migrantes que no cuentan con una base legal para permanecer en Panamá. Esta medida es parte de un esfuerzo coordinado para regularizar y gestionar de manera más eficiente la migración en la región.

Además de estos esfuerzos, los tres países han reconocido la amenaza significativa que representan las organizaciones criminales transnacionales que se benefician de la explotación de los migrantes. En respuesta, han reafirmado su compromiso de identificar, desmantelar y llevar ante la justicia a estas redes criminales.

La reunión también abordó la complejidad de los flujos migratorios irregulares que atraviesan la frontera entre Colombia y Panamá. Estos flujos, que involucran a personas de más de 90 nacionalidades, algunas de las cuales ingresan a la región a través de terceros países, requieren un enfoque regional coordinado. Por ello, los tres países se han comprometido a fomentar el diálogo con otros países de la región para aumentar las alternativas seguras de migración.

Colombia y Panamá han subrayado la importancia de proteger los ecosistemas estratégicos y las comunidades locales a lo largo de su frontera común. En línea con los principios interamericanos de derechos humanos, los tres países han expresado su intención de fortalecer los esfuerzos de regularización e integración socioeconómica para los migrantes.

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