Más de 200 indígenas emberá que habían estado asentados en el Parque Nacional de Bogotá retornarán voluntariamente a sus tierras en Chocó y Risaralda el 29 de julio. La Unidad para las Víctimas informó que este regreso es parte de un esfuerzo conjunto entre varias entidades nacionales y distritales para mejorar las condiciones de vida de la comunidad emberá desplazada.
Actualmente, más de 770 personas se encuentran ubicadas en el Parque Nacional, de las cuales 633 han manifestado su deseo de regresar a sus territorios de origen. El proceso de retorno culminará en la comunidad de Aguasal, Chocó, donde se realizará un acto de bienvenida y se implementará un plan de seguimiento al retorno.
Lilia Solano, directora de la Unidad para las Víctimas, destacó que el desplazamiento de la comunidad indígena embera está principalmente relacionado con el conflicto armado que ha afectado la región durante muchos años. «Para fortalecer el diálogo y la sostenibilidad del proceso, hemos programado varias reuniones con autoridades tradicionales y locales de Bagadó y Pueblo Rico. Además, coordinaremos con las alcaldías municipales la implementación de una oferta institucional más robusta para prevenir nuevos desplazamientos hacia la ciudad, en línea con las políticas del Gobierno del presidente Petro», explicó Solano.
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El retorno de los indígenas emberá es un plan piloto que cuenta con la participación de diversas entidades responsables de atender a esta comunidad, que actualmente enfrenta condiciones de mendicidad en las ciudades y una escasa oferta social en sus territorios. La caracterización realizada en el primer trimestre del año reveló que 779 personas de 196 hogares estaban asentadas en el Parque Nacional, de las cuales 119 desean reubicarse y 17 prefieren integrarse localmente.
Durante un recorrido interinstitucional en el campamento emberá en el Parque Nacional esta semana, la Secretaría de Integración Social de Bogotá encontró a 11 niños y niñas en riesgo de abandono en la carrera séptima, a las 11:47 de la noche del pasado domingo 14 de julio. Este hallazgo subraya la urgente necesidad de mejorar las condiciones de vida y seguridad para los miembros de la comunidad emberá, tanto en sus territorios de origen como en sus actuales lugares de asentamiento.
El regreso de los indígenas emberá a sus tierras en Chocó y Risaralda marca un paso significativo hacia la restauración de sus derechos y la mejora de sus condiciones de vida. La colaboración entre las distintas entidades gubernamentales y locales es crucial para asegurar el éxito de este proceso y prevenir futuros desplazamientos forzados.
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