Tras publicar siete libros de divulgación médica, más ocho de cuentos infantiles, la doctora Lucía Galán, reconocida por su trabajo a través de las redes sociales, acaba de lanzar lo que se ha denominado la guía más completa sobre la salud infantil, desde el nacimiento hasta la adolescencia.
Se trata de ‘El gran libro de Lucía, mi pediatra’, una extensa obra de más de 650 páginas, didáctica y entretenida, escrita desde la práctica tras años ejerciendo la pediatría y desde el amor de la experiencia de su propia maternidad.
En esta obra, la autora repasa los motivos más frecuentes que llevan a los más pequeños a su consulta, así como las enfermedades más comunes. También explica en profundidad cómo hacer frente a diversos accidentes infantiles e invita a poner atención en la prevención como mejor arma para no lamentar males mayores.
TODO LO QUE HAY QUE SABER
–¿Cómo surgió la idea de este libro?
Son 650 páginas con todo lo que necesitamos saber cuando un bebé llega a casa, desde el postparto hasta la adolescencia. Es un viaje de 18 años, por lo que corta me he quedado (risas).
–Claro, solo la adolescencia necesitaría de una guía propia…
La adolescencia es una etapa fascinante, difícil, pero no más difícil que las rabietas de los dos años, el principio del colegio o el proceso de “adiós pañal, adiós chupete”. Yo siempre digo que no hay etapa fácil, pero que todas tienen algo fascinante que se va a quedar siempre con nosotros.
La diferencia la marca el conocimiento. Cuando sabes cómo abordar los berrinches, la fiebre, la lactancia materna o lo que pasa en el cerebro adolescente, lo asumes todo de otra manera. Por eso, soy una fiel defensora del conocimiento.
–¿Difícil tratar con padres primerizos?
Yo soy una enamorada de mi profesión. Esas primeras visitas tienen mucho de ternura e inocencia. Me siento como la hermana mayor. Nunca hay preguntas absurdas, porque si algo preocupa, es indispensable preguntarlo.
–¿El cambio climático ha cambiado la atención pediátrica?
Sí. Ahora sabemos que los niños pueden sufrir golpes de calor, algo que antes no considerábamos. Es fundamental reconocer las señales de alerta porque los bebés no pueden verbalizar los síntomas.
–¿Cómo ha influido la tecnología?
La pediatría que estudié hace 20 años no es la misma de hoy. Se requiere actualizarse constantemente. Las recomendaciones cambian a medida que la ciencia avanza.
–¿Y sobre el uso de pantallas en menores?
Hay mucha evidencia de que el uso excesivo de pantallas retrasa el aprendizaje, la memoria, la concentración y el desarrollo del lenguaje. En España se ha vuelto a los libros de texto y se han prohibido los móviles en niños menores de 16 años.
La Asociación Española de Pediatría y la Academia Americana de Pediatría recomiendan cero contacto con pantallas en menores de 6 años. Lo que necesitan los niños es jugar, correr, cocinar, bailar, leer.
–¿Volver a la infancia que muchos vivieron décadas atrás?
Sí. Las nuevas generaciones han perdido contacto social. El “chupete digital” es perjudicial porque bloquea el aprendizaje emocional y genera baja tolerancia a la frustración. Los cerebros de los niños se “recompensan” igual que con las drogas: dopamina rápida, caída brusca, necesidad de más.
–¿Y su papel en redes sociales?
Divulgo desde la calma, no desde el alarmismo. Internet está lleno de mitos peligrosos, especialmente sobre vacunas.
UN TEMA TABÚ
–¿Cómo abordar el tema de la sexualidad con los hijos?
La pornografía es el primer contacto con la sexualidad de muchos niños, y esto genera una percepción distorsionada: sin respeto, sin cariño, sin preservativos. Esto explica por qué las enfermedades de transmisión sexual se han triplicado entre adolescentes. Debemos hablar del sexo con responsabilidad.
De Colprensa