El gremio arrocero de Colombia, que representa a más de 500,000 familias y genera cerca de 110 mil empleos directos y 400 mil indirectos, enfrenta una crisis sin precedentes que amenaza la estabilidad económica y social de miles de campesinos colombianos.

Los productores arroceros, ante la falta de soluciones concretas y efectivas por parte del Gobierno Nacional, han decidido suspender las negociaciones hasta que se concrete una solución clara.

«No podemos seguir esperando seis meses, un año, o que se resuelva en el próximo gobierno. La situación es crítica, y mientras el gobierno promete soluciones a largo plazo, el sector arrocero está perdiendo su cosecha, su trabajo, y el futuro de miles de colombianos que dependen de este cultivo», dicta el comunicado del gremio arrocero.

Desde noviembre del 2024, los agricultores han solicitado ayuda urgente sin recibir respuestas claras y contundentes. «La actual crisis que atraviesan los productores arroceros ha sido denunciada desde hace meses, pero las soluciones siguen sin llegar, poniendo en riesgo no solo el empleo de miles de personas, sino también la seguridad alimentaria de la nación».

En la mayoría de regiones arroceras del país, la economía depende en más del 90% de la siembra de arroz. La falta de apoyo y la caída de los precios están generando pérdidas millonarias, comprometiendo el sustento de más de dos millones de colombianos.

UNA CRISIS ANUNCIADA

La drástica reducción en el precio del arroz paddy verde en un 21.5%, pasando de $230.000 a $185.000 pesos por carga (125 kg), en la zona centro del país, está generando pérdidas de entre 1.5 y 2 millones de pesos por hectárea.

Los costos de producción han aumentado significativamente, y las ayudas anunciadas por el Gobierno de $10.000 millones de pesos son completamente insuficientes.

La deuda impaga y los altos intereses bancarios están llevando a los campesinos a la quiebra, poniendo en riesgo sus tierras y su futuro.

La variabilidad climática y el cambio climático han generado situaciones adversas incontrolables, afectando aún más la productividad y sumándose a la caída drástica del precio.

A pesar de los esfuerzos del Ministerio de Agricultura, los productores han solicitado escalar la solución hacia la Presidencia y otros ministerios involucrados para garantizar una recuperación de los costos de producción y una utilidad justa.

Los arroceros esperan que el presidente Gustavo Petro «muestre disposición para escuchar nuestras demandas sin condicionarlas al retiro o suspensión de la justa protesta pacífica que están adelantando los agricultores y campesinos de Colombia».

«No podemos seguir esperando. La situación es alarmante: mientras los productores se movilizan y protestan pacíficamente, hay quienes ya están perdiendo tierras, cosechas y, lo más importante, el sustento de sus familias».

La crisis arrocera es una emergencia nacional. La primera cosecha del año ya está siendo recogida y los arroceros están perdiendo lo poco que queda. «No podemos seguir esperando meses por una solución que debería haberse implementado hace tiempo».

«Ante la falta de respuestas concretas por parte del Gobierno, los bloqueos en los diferentes departamentos continuarán hasta obtener soluciones reales y urgentes. La crisis no puede esperar».

Según el gremio, «Los productores arroceros no estamos aquí por elección, sino por necesidad. No pedimos caridad, sino justicia. Exigimos que el Gobierno Nacional asuma su responsabilidad y actúe de manera inmediata para garantizar la viabilidad del sector arrocero y la seguridad y soberanía alimentaria del país». Colprensa

Foto: Colprensa – Gremio Arrocero

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