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La vacunación por COVID-19 ha venido aumentando en el último año alrededor del mundo; actualmente más del 23.9% de la población global ha sido completamente vacunada, según datos recientes de Our World in Data, y en Colombia se han vacunado más de 13.958.104 millones de ciudadanos con esquema completo, de acuerdo con el Ministerio de Salud. Si bien enfrentamos la campaña de inmunización más rápida y agresiva en las últimas décadas, son varios los factores que se deben considerar para lograr un proceso de inmunidad con mayor eficacia y efectividad, uno de ellos es una adecuada nutrición.

Adultos mayores:

Es evidente que en el envejecimiento hay cambios significativos a nivel fisiológico los cuales afectan la alimentación y nutrición de las personas adultas mayores, dentro de ellos se encuentran principalmente: cambios en el sistema digestivo (que ocurren como consecuencia de la perdida dental, alteración en la salivación y la secreción gástrica, la disminución del olfato y el gusto), y variaciones metabólicas (como la disminución de la masa muscular y ósea, déficit de la capacidad de absorber el calcio, reducción en la síntesis de vitamina D, entre otras), todos estos repercuten en una ingesta insuficiente y una inadecuada absorción de nutrientes.

A inicios de 2021, la Universidad de Cambridge publicó un artículo en el British Journal of Nutrition, en el que resalta la probabilidad de una respuesta inmunitaria baja en adultos mayores luego de recibir la vacuna de COVID-19, debido a las deficiencias nutricionales a las que está expuesto este grupo poblacional por su proceso de envejecimiento sistémico y fisiológico natural.

Los datos publicados se soportan en que tanto en el grupo de 59 a 69 años, como en los mayores de 70 estos tuvieron una respuesta de anticuerpos baja con una sola dosis de la vacuna de Oxford, con respecto a lo que sucedió en las personas de 18 a 55 años, esto indica que los adultos mayores pueden no obtener una protección clínica deseada y reducir de esta manera la eficacia de las campañas de vacunación. Es por esto que los expertos recomiendan el uso de un suplemento nutricional que contenga vitaminas A, B6, B9 (ácido fólico), B12, C, D y E y los minerales Zinc, Cobre, Selenio y Hierro en personas mayores de 70 años semanas antes y después del proceso de inmunización.

“La población adulta mayor en Colombia ha incrementado en los últimos años; hoy en día, las personas de más de 65 años representan el 7,4% de la población total, según datos de la Encuesta Nacional de Salud. Si nos detenemos a revisar, son muchos los cambios que este grupo poblacional enfrenta a nivel fisiológico, lo que nos indica que el 40% de las personas en este rango de edad pueden presentar algún riesgo de desnutrición o malnutrición, ubicándonos en un panorama retador para afrontar una campaña de vacunación eficaz como lo expone la Universidad de Cambridge” dice Claudia Angarita, directora del Centro Colombiano de Nutrición Integral.

Jóvenes y adultos:

Se ha comprobado que la deficiencia crónica de algunos micronutrientes relacionados con el soporte normal de las funciones inmunes, que incluyen vitaminas A, B12, C y D, cómo también los minerales Zinc, Selenio y Cobre afectan la eficacia de la vacunación.

En Colombia, según datos de la Encuesta Nacional de Situación Nutricional (ENSIN) 2015, el 54,2% de los hogares se encuentran en inseguridad alimentaria, con 22% en inseguridad entre moderada y severa, lo que representa un factor de riesgo para la salud y desarrollo de la población.

En esta encuesta se evidencia que el 25% de los adultos padecen de síndrome metabólico, que es diagnosticado cuando alguien presenta tres o más de estas afecciones: hiperglucemia (altos niveles de azúcar en la sangre), bajos niveles de colesterol “bueno” (HDL), hipertensión (presión arterial alta), altos niveles de triglicéridos y circunferencia abdominal por encima de los valores normales. Adicionalmente, establece la deficiencia de vitamina A, Hierro, Zinc, vitamina D y B12 en la población, así como déficit en los requerimientos de Calcio en un 85,8%.

“Diferentes estudios han determinado que niveles séricos bajos de vitamina D, Selenio y/o Zinc es un factor de riesgo importante para la infección por COVID-19. Una deficiencia de estas vitaminas y minerales tienen una relación significativa en la morbilidad y mortalidad de pacientes con el virus. En el caso del Zinc, este es fundamental para fortalecer el sistema inmune, ya que disminuye la respuesta inflamatoria, mejora la producción de sustancias de defensa e inhibe la replicación viral; una intervención temprana con Zinc aumenta la resistencia antiviral contra la progresión del COVID-19.”, afirma Angarita.

Dada la situación nutricional del país, es importante entender que las vitaminas y minerales ejercen un papel fundamental en los procesos metabólicos y se consideran esenciales para el adecuado funcionamiento del sistema inmune.

“Aunque las cantidades dietéticas recomendadas para las personas mayores indican que sus necesidades energéticas son más bajas que las de la población más joven, los requerimientos de micronutrientes son en su mayoría los mismos. Es por esto que para toda la población, independientemente de su edad, debe existir un aporte nutricional adecuado, suficiente y equilibrado que satisfaga las necesidades nutricionales; sin embargo, factores económicos, educativos, sociales y ambientales, pueden afectar dicho aporte, siendo necesario el uso de suplementos nutricionales que tengan vitaminas del complejo B (B6, B9 y B12), vitaminas A, C, D y E, así como Zinc, Hierro, Selenio y Cobre, con el fin de prepararse para el proceso de vacunación por COVID-19 y disminuir el riesgo de infecciones o enfermedad grave. La recomendación es que revisemos que dicho suplemento contenga todas las vitaminas y minerales mencionados anteriormente para lograr un fortalecimiento del sistema inmune óptimo” concluye Angarita.

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