India se enfrenta a su cuarto brote del virus Nipah desde 2018, con un total de 6 personas infectadas y 2 lamentables fallecimientos hasta la fecha. Este brote ha vuelto a poner en alerta a la comunidad internacional debido a la alta tasa de mortalidad asociada a esta enfermedad, que oscila entre el 40% y el 70%, según el Centro de Control y Prevención de Enfermedades (CDC).
El virus Nipah, conocido por la Organización Mundial de la Salud (OMS) desde hace aproximadamente 25 años, ha sido motivo de preocupación constante debido a la falta de una vacuna eficaz para su tratamiento. La principal vía de contagio es el contacto con secreciones contaminadas de animales, como los fluidos de murciélagos y cerdos, así como los fluidos corporales como la saliva o la sangre de personas infectadas.
Ante la propagación del virus en el distrito de Kozhikode, en el estado de Kerala, las autoridades indias han tomado medidas de contención drásticas, incluyendo el cierre de escuelas, fronteras y comercios en la región. Además, se ha reforzado la capacidad de respuesta con unidades móviles en los centros médicos y la recolección de muestras para un seguimiento exhaustivo de la situación.
Según la OMS, la primera epidemia de Nipah se registró en 1998 en Malasia y Singapur, cuando el virus se propagó entre los ganaderos de animales porcinos en Kampung Sungai Nipah, Malasia, causando 100 muertes en Malasia y 11 casos en Singapur. Desde entonces, el virus ha causado brotes en varios países asiáticos, incluyendo India, Filipinas y Bangladesh.
Se cree que los principales portadores del virus en el brote actual son los murciélagos y árboles frutales, lo que ha generado una alarma generalizada en la región. La falta de una vacuna efectiva sigue siendo un desafío en la lucha contra el Nipah, y las autoridades trabajan incansablemente para contener su propagación y evitar más pérdidas de vidas humanas.