La crisis humanitaria y de seguridad en el Catatumbo, región en el departamento de Norte de Santander, ha alcanzado niveles alarmantes.

Según el presidente Gustavo Petro, la situación, que ya ha dejado más de 80 muertos y desplazado a 32.000 personas, representa “un fracaso de la nación” y uno de los episodios más dramáticos de la historia contemporánea de Colombia.

En un evento oficial, Petro expresó su preocupación por la magnitud del conflicto entre el Ejército de Liberación Nacional (ELN) y las disidencias de las FARC, especialmente el Frente 33.

“Este puede ser uno de los hechos más dramáticos de nuestra historia reciente”, afirmó, subrayando que la violencia en esta zona es consecuencia de problemas estructurales no resueltos.

Desplazados y víctimas: un panorama desolador

Desde que estallaron los enfrentamientos el pasado jueves, la cifra de desplazados ha escalado a 32.000 personas, según la Defensoría del Pueblo. De este total, 15.000 han buscado refugio en Cúcuta, 11.000 en Ocaña y 5.300 en Tibú. Además, se han reportado al menos 80 víctimas mortales, incluidas seis personas que firmaron el acuerdo de paz de 2016.

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La Defensoría del Pueblo ya había advertido sobre el peligro para la población civil debido a la presencia de grupos armados ilegales en la región. Sin embargo, las alertas tempranas no evitaron la tragedia, lo que ha generado cuestionamientos sobre la capacidad del Estado para prevenir este tipo de crisis.

Petro y la responsabilidad estatal

El presidente Petro también cuestionó la fortaleza militar que el ELN ha adquirido recientemente, señalando que guerrilleros provenientes de Arauca reforzaron las filas en el Catatumbo.

“¿Por qué el ELN, que estaba debilitado militarmente, hoy es fuerte?”, se preguntó Petro, sugiriendo que esta guerrilla ha abandonado sus ideales revolucionarios en favor de intereses económicos.

Aunque el Gobierno ha distribuido ayuda humanitaria y evacuado a líderes sociales en riesgo, las medidas adoptadas, como la declaración del estado de conmoción interior y la emergencia económica, han sido criticadas por su alcance limitado.

Reacciones internacionales

El secretario general de la ONU, António Guterres, expresó su preocupación por la violencia en el Catatumbo y exigió el cese inmediato de los ataques contra civiles, incluidos firmantes del acuerdo de paz y defensores de derechos humanos. Guterres también instó al Gobierno a cumplir con la implementación integral del Acuerdo de Paz de 2016, señalando que los retrasos han contribuido a agravar la situación.

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