por Konuco | Mar 6, 2023 | Indígenas
Luego de Fiscalía General de la Nación iniciaría las investigaciones pertinente sobre el caso y lograra aclarecer los hechos que se habrían presentado, sobre agresión sexual contra menores de edad que involucraría a personal de la fuerza pública.
Luego de valorar el material de prueba presentado por la Fiscalía General de la Nación, un juez de control de garantías impuso medida de aseguramiento privativa de la libertad en centro carcelario contra Eliecer Rodríguez Reinoso, un exintegrante del Ejército Nacional que habría abusado sexualmente de una niña indígena de 13 años en Guaviare, en 2016. Esta persona, soldado regular para la fecha de los hechos, presuntamente abordó a la menor de edad que, en compañía de una compañera del colegio, se bañaba en el caño Refugio, en la vía Barrancón, en inmediaciones de San José del Guaviare.

Según informo la Fiscalía por medio de un comunicado el exmilitar del ejercito habría dialogado con ella y posteriormente la agredió sexualmente. La víctima, perteneciente a la etnia Sikuani, se abstuvo de revelar lo sucedido durante tres años. Finalmente, a finales de 2019 decidió contarles a algunos familiares, y ampliar su versión ante el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar y el Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses. Desde entonces, a través de una metodología de enfoque diferencial, la Fiscalía verificó las versiones entregadas por la niña y su amiga, y encontró absoluta coincidencia en los relatos. De esta manera, se pusieron en marcha diversas actividades de policía judicial para establecer la identidad real del señalado abusador, pues usaba el nombre de Cristian.
Por ultimo el exmilitar, fue la fiscalía inicio el proceso de la respectiva orden de captura, que fue materializada por personal del CTI en Bogotá. En ese sentido, una fiscal de la Dirección Especializada contra las Violaciones a los Derechos Humanos le imputó a Eliecer Rodríguez Reinoso el delito de acceso carnal abusivo con menor de 14 años, además cambio su identidad para no ser identificado, lo cual genero dificultad para la continuidad del proceso. Al aparecer el cargo no fue aceptado por el procesado.
Archivo de investigación De otra parte, la Fiscalía General de la Nación cerró la investigación por el supuesto abuso sexual a una niña indígena en Guaviare por parte de un militar estadounidense. Testimonios, abundante documentación y otros elementos de prueba obtenidos por una fiscal de la Dirección Especializada contra las Violaciones a los Derechos Humanos indican que el caso no ocurrió. Asimismo, no hay evidencia que soporte la existencia de la víctima y de su estado de embarazo, como fue informado públicamente.
por Konuco | Feb 9, 2023 | Destacadas, Indígenas
El pueblo u’wa, que habita en el noreste de Colombia, está a la espera de que la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CorteIDH) fije la fecha de la audiencia en la que estudiará una demanda contra el Estado para que les reconozca el control sobre su territorio atravesado por la extracción de petróleo y gas.
El pueblo u’wa considera que sus derechos territoriales y culturales fueron violados por el Estado colombiano como consecuencia de la falta de reconocimiento y protección de su territorio con la promoción e implementación de proyectos extractivos en sus tierras.
Este pleito, que lleva más de 20 años, «es muy significativo» porque nunca antes una comunidad indígena había logrado llegar a la CorteIDH, dijo en una entrevista con EFE la directora de la Oficina de Amazonía de la ONG internacional Earth Rights International (ERI), Juliana Bravo, que acompaña a los u’wa en su demanda.
«La Corte Interamericana ha fallado muchas veces contra Colombia pero nunca ha analizado un caso como este y por supuesto no ha declarado la responsabilidad de ningún caso en el que se traten cuestiones relacionadas con temas territoriales y temas de derechos culturales de pueblos indígenas en Colombia», puntualizó Bravo.
La funcionaria explicó que los u’wa llegaron a estas instancias internacionales porque consideran que pese a que hay legislación y fallos de tribunales colombianos «no han encontrado justicia».
La problemática
El pueblo u’wa, compuesto por casi 13.000 personas, habita principalmente en el departamento de Boyacá, aunque también en Arauca, Casanare, Norte de Santander y Santander.
Su disconformidad con el Estado colombiano comenzó hacia 1998 cuando se autorizó que empresas extranjeras hicieran exploraciones para encontrar petróleo y gas en sus tierras ancestrales.
Pese a que los Gobiernos de turno dijeron en su momento que todo fue ajustado a la ley, los indígenas reclaman que no fueron consultados y se violó su territorio.
También alegan que sus derechos culturales fueron vulnerados y que todo ello ha afectado la integridad étnica y cultural del pueblo, poniendo en riesgo su posibilidad de sobrevivir.
Adicionalmente, en 1999, Terence Freitas, Ingrid Washinawatok y Laheenae Gay, tres estadounidenses que trabajaban con los u’wa, fueron secuestrados y asesinados por las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) después de una visita a territorios de los indígenas.
Desde ese entonces los u’wa han pedido que el Estado les reconozca el derecho a su territorio y a disponer de todos los recursos y también que tome las medidas necesarias para evitar su extinción porque el conflicto armado interno los ha afectado.
Las peticiones
Según la abogada, los indígenas esperan ser escuchados y que en el fallo, que puede demorar otros meses, el Estado colombiano sea declarado por la CorteIDH responsable por las violaciones que han sufrido.
También esperan que el alto tribunal «ordene al Estado colombiano una serie de reparaciones que les permitan a ellos gozar libremente del territorio y puedan tener el control y la posibilidad de autodeterminarse de acuerdo a sus usos y sus costumbres».
Y que se defina mejor lo relacionado con el tema de los Parques Naturales Nacionales, pues en varias ocasiones estas denominaciones se solapan con sus territorios ancestrales.
Eso ocurre, por ejemplo, con el Parque Nacional Natural El Cocuy, ubicado entre Boyacá, Casanare y Arauca, y sobre el cual ellos no tienen control.
La audiencia de los u’wa ante la CorteIDH ocurrirá después de que ese tribunal condenara al Estado colombiano por el «plan de exterminio» del cual fueron víctimas unos 6.000 militantes del partido de izquierdas Unión Patriótica (UP) a lo largo de dos décadas.
EFE
por Konuco | Feb 7, 2023 | Destacadas, Indígenas
La entrada del Capitolio Nacional recibió este martes a cientos de indígenas que se tomaron la entrada al congreso, según las personas que se encontraban en el lugar intentaron ingresar a la fuerza.
La protesta inició alrededor de las 2:00 p.m. y terminó pasadas las 6:30 de la tarde. Los indígenas aseguraron que no se irán de la Plaza de Bolívar hasta que alguna instancia del gobierno hable con ellos para recibir sus peticiones. Se prevé que pueda ser la vicepresidenta Francia Márquez, el Ministerio de Salud, Trabajo o Educación.
https://twitter.com/MINUTOPEREIRA/status/1623101028793982978
Uno de los indígenas con megáfono en mano le reclamó a la vicepresidenta Francia Márquez, al asegurar que no están “viviendo sabroso” y que los “están matando” en el Cauca. Según datos mencionados se trata de un grupo de docentes provenientes del departamento del Cauca que llegaron protestando por las precarias condiciones de salud de la región.
por Konuco | Feb 6, 2023 | Destacadas, Indígenas
La Asociación Interétnica de Desarrollo de la Selva Peruana (Aidesep) y la Plataforma para la Protección de los Pueblos en Aislamiento y en Contacto Inicial (Piaci) rechazaron este jueves un proyecto de ley que promueve el genocidio de los pueblos indígenas en aislamiento y contacto inicial.
En un comunicado, las organizaciones precisaron que el proyecto de ley No. 3518/2022-CR fue presentado en noviembre pasado por un congresista fujimorista, Jorge Marante, y denunciaron que actores estatales y privados se aprovechan de la crisis y las protestas en el país para auparlo sin que despierte oposición.
Aseguraron que, de aprobarse, generaría el exterminio de los Piaci, pues entregaría a gobiernos regionales la facultad de revocar o extinguir las reservas indígenas existentes y evitar la creación de nuevas, y les permitiría anular el reconocimiento oficial de estas comunidades.
Consideraron que esta iniciativa legislativa es anticonstitucional, por su carácter regresivo en materia de derechos humanos.
Alertaron que actores estatales y empresariales montaron una campaña de información espuria para hacer creer que abrir reservas indígenas para los Piaci quitará el territorio y las fuentes de subsistencia a otras comunidades originarias, así como para desprestigiar a Aidesep.
Señalaron que detrás de la divulgación de falsedades están grupos con fuertes intereses económicos, deseosos de explotar los recursos naturales de los territorios indígenas y destruir la Amazonía.
Aidesep y Plataforma Piaci recordaron que el Estado peruano ha reconocido hasta el momento la existencia de 25 Piaci, que viven en la Amazonía desde antes de la creación del Estado actual, y se opusieron a que les sean negados sus derechos “a la vida, integridad, salud y territorio”.
Además, instaron a sus bases, a la Defensoría del Pueblo, la sociedad civil, la iglesia e instancias tutelares de derechos humanos a impedir la aprobación de ese proyecto de ley y no abrir paso al enriquecimiento de unos pocos “a costa de las vidas de miles de compatriotas más vulnerables”.
Por otra parte, recalcaron a las autoridades y funcionarios públicos que “su principal obligación constitucional es la defensa de la persona humana y su dignidad, en especial de los grupos más vulnerables de la población”.
Adesep representa a nueve organizaciones regionales, 109 federaciones y 2.439 comunidades de pueblos originarios. Por su parte, la Plataforma Piaci está conformada por la ORAU y Orpio (representaciones de Aidesep en Ucayali y el Oriente peruano, respectivamente), la Federación Nativa del Río Madre de Dios (Fenamad), el Consejo Machiguenga del Río Urubamba (Comaru) y la Coordinadora Regional de los Pueblos Indígenas de Atalaya (Corpiaa).
Telesur
por Konuco | Ene 31, 2023 | Destacadas, Indígenas
A comienzos del siglo XX La Chorrera fue sede de la Casa Arana, una empresa del comerciante peruano Julio César Arana dedicada a la explotación del caucho.
ndígenas que sufrieron la barbarie desatada por la codicia de la bonanza cauchera y la del conflicto interno, reviven danzas con el fin de recuperar su cultura y borrar las huellas de su pasado que casi los extermina.
A simple vista, los bailes de los pueblos boras, ocainas, uitotos y mirañas que se ven en La Chorrera son monótonos.
Aunque, al adentrarse en su significado real, la verdad es otra, puesto que encierra la cosmovisión de los pueblos, que va desde su manera de pensar y ver el mundo, hasta su relación con la madre tierra y la naturaleza.
Aprueban organismo
La directora general del Instituto Amazónico de Investigaciones Científicas Sinchi, Luz Marina Mantilla, dice que en el camino de revivir las danzas ya fue aprobada la postulación que ese organismo y la Asociación Zonal Indígena de Cabildos y Autoridades Tradicionales de la Chorrera (Azicatch) hicieron ante el Consejo Nacional de Patrimonio Cultural (CNPC).
Mantilla confía en que más adelante los bailes van a hacer parte del patrimonio cultural inmaterial del país y destaca que uno de los aspectos más valiosos es que las danzas y los cantos son «un punto de encuentro entre todas las comunidades que, además, ayuda a eso que en Colombia llamamos resolución de conflictos».
Esas actividades culturales son también espacios para la transmisión de conocimientos, pues desde su etapa de preparación se narran y cantan los mitos de origen de los pueblos y se enseñan la importancia de trabajar mancomunadamente, las dietas alimentarias y el comportamiento personal.
Volver al comienzo
Los hombres, con el torso pintado de negro, penachos de plumas iridiscentes y en sus tobillos cascabeles que suenan a cada golpe de pie en la tierra, recuerdan que ellos son tan antiguos como «la gente del mundo» y, por eso, «nos resistimos a desaparecer», según dice Salvador Vitomas, que hace parte de las directivas de Azicatch.
Esas danzas son para traer abundancia, inaugurar una maloca -centro de reunión construido con troncos y palmas y que en La Chorrera es de unos 10 metros de altura-, entregar el mando, prevenir y curar enfermedades, hacer alianzas o finalizar conflictos con otros pueblos, entre otros motivos, explica.
«Son fundamentales (las danzas) para la pervivencia de los pueblos, son fundamentales para el cuidado de la vida, de la humanidad y el medioambiente y también por tener relación con la divinidad», que para ellos es la boa, una de las serpientes más grandes de Suramérica, explica.
También abarcan aspectos que tienen que ver con su arte expresado en la cerámica, los tejidos y el «conocimiento» de las plantas medicinales y ciclos de siembras y de caza.
«Mediante las danzas nos encomendamos (a sus dioses), nos sanamos de las enfermedades», acota el indígena que también considera que los pueblos de la región han sufrido una aculturación «que nos obligó a seguir una cultura ajena a nosotros».
Desgracias del caucho
Otro indígena, Salvador Remui, recuerda que los pueblos de La Chorrera y sus alrededores casi fueron exterminados por la codicia desatada en la época del caucho.
A comienzos del siglo XX La Chorrera fue sede de la Casa Arana, una empresa del comerciante peruano Julio César Arana dedicada a la explotación del caucho, que sometió a tratos crueles a los indígenas de la zona que eran forzados a trabajar en régimen de esclavitud.
La historia de la Casa Arana es contada en la novela «El sueño del celta«, del nobel peruano Mario Vargas Llosa, a través de las acciones de sir Roger Casement, un irlandés que estuvo al servicio diplomático del Gobierno británico.
«Las danzas y los bailes son importantes para nosotros porque con esa armonía nos conectamos con la naturaleza. En los cantos se nombran los peces, los ríos, los árboles y los animales. Cada baile y canto se hace en ocasiones especiales, como ceremonias de bienvenida, rezos, uniones (matrimonios) y en épocas de cosechas y siembras y para espantar los males que nos pueden afectar», explica.
Otras tradiciones
También hacen referencia al papel de la mujer en sus comunidades pues ellas «son las que manejan las chagras (pequeñas granjas) que son fundamentales para la alimentación de la familia en la que las labores de caza y pesca las realizan los hombres».
«Nosotros como hijos de la yuca dulce (base de su alimentación), el tabaco -con el que elaboran el ambil, una pasta negra que se come- y la coca -utilizada para masticar- queremos recuperar nuestras costumbres y tradiciones y, por eso, bailamos como forma de seguir viviendo», concluye Remui.
EFE