Enfrentar el cambio climático es una prioridad mundial y así lo manifiestan los pueblos indígenas de Suramérica en países como Colombia, Brasil, Venezuela y Perú.

Durante la Conferencias de Cambio Climático de las Naciones Unidas COP27 los indígenas manifestaron la urgencia de aportar fondos para lograr este objetivo. Las comunidades indígenas piden también que se reconozca su conocimiento ancestral para frenar el cambio climático. Para lograr este objetivo crearán agencias administrativas destinadas a la protección de los bosques.

Según un informe de Rainforest Foundation Norway entre los años 2011 y 2020 los pueblos indígenas y las comunidades locales lograron recibir sólo el 1% dw la totalidad de los recursos que fueron destinados para la protección de la Amazonía. Según Julio César López Jamoy, coordinador general de la Organización Nacional de los Pueblos Indígenas de la Amazonia Colombiana (OPIAC). “La presencia llega hasta las ciudades capitales, pero a lo que hemos denominado la Amazonia profunda, donde están muchos de los pueblos indígenas, no llega nada. Nosotros somos quienes hemos generado nuestros sistemas de conocimiento, de salud, de educación y de Gobierno” afirmó.

Esto preocupa porque cada año se promete una suma generosa por parte de los países asistentes a la COP para precisamente contribuir al desarrollo de proyectos productivos que permitan la conservación de este importante pulmón de la tierra. Durante la COP26 realizada el año pasado en Glasgow los gobiernos de países como Estados Unidos, Noruega, Alemania, Holanda, Reino Unido y 17 inversionistas privados se comprometieron con la suma de 1.700 millones de dólares entre 2021 y 2025 para el apoyo a comunidades locales e indígenas en temas de cambio climático. El inconveniente principal sin duda es que no se plantean las vías en qué estos fondos serán entregados de manera clara.

Frente a esta problemática según los explica Francisco von Hildebrand, presidente de la Fundación Gaia Amazonas, la idea es crear agencias administrativas interculturales en distintos niveles en el que participen personas que conozcan no solo cuáles son los requisitos para acceder a estos recursos, sino cómo administrarlos y ejecutarlos. El último punto de estos acuerdos estará en manos exclusivas de los indígenas por medio de las diferentes organizaciones, fundaciones, y autoridades indígenas de toda la región amazónica.

Para Isai Victorino, líder de conservación basada en comunidades de la organización no gubernamental The Nature Conservancy (TNC), se debe realizar un seguimiento y acompañamiento a los distintos gobiernos nacionales, “ para articular las diversas formas de financiamiento enfocado en los indígenas para todo lo que tiene que ver con recursos del cambio climático”. Se trata de garantizar que la plata llegue a las comunidades y que se ejecuten de manera efectiva en herramientas esenciales como los planes de vida.

“Nuestros planes de vida, estén escritos o no, son similares a los planes de desarrollo de un país o un municipio. Pero para nosotros no es solo un instrumento que nos permite planificar o administrar, sino en el que dejamos contemplada parte de nuestra visión, la ley de origen y nuestros conocimientos, nuestra cultura”, manifiesta López Jamoy, líder Indígena del pueblo Inga en el Putumayo.

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