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En dos días, la línea de emergencia 123 de Bogotá podría entrar en una situación crítica debido a la falta de renovación de un contrato esencial para su operación. La concejal Sandra Forero Ramírez denunció que, a partir del 16 de agosto, la ciudad perderá el sistema que permite la geolocalización y la captura de video en tiempo real de las llamadas de emergencia, herramientas cruciales para la respuesta rápida y efectiva a incidentes reportados por los ciudadanos.

Forero señaló que la Secretaría de Seguridad de Bogotá estaba al tanto de la finalización del contrato, dado que la Personería emitió un control de advertencia el 8 de agosto. Sin embargo, no se tomaron medidas para garantizar la continuidad del servicio. «Lo más grave es que dentro del Plan Anual de Adquisiciones de la Secretaría de Seguridad no se identifica una nueva contratación para asegurar la prestación de este servicio», agregó la concejal.

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El sistema en cuestión es fundamental para ubicar automáticamente el lugar de un incidente, especialmente cuando los ciudadanos no pueden proporcionar su ubicación precisa durante una emergencia. Además, permite la recepción de video desde el lugar del incidente y facilita la atención a personas que, por diversas razones, no pueden comunicarse verbalmente. También es crucial para mantener evidencia digital de video y ubicación en movimiento, aspectos vitales para investigaciones de entidades como la Fiscalía y el CTI.

La concejal Forero subrayó la importancia de este sistema en una ciudad que, según Forbes, es una de las más peligrosas del mundo para los turistas, con altos índices de homicidios y siniestros viales. «Bogotá no puede darse el lujo de debilitar sus sistemas de emergencia, al contrario, debe fortalecerlos con toda la tecnología adecuada para atender lo más pronto posible los acontecimientos ciudadanos», afirmó.

Hasta la fecha, la línea 123 ha recibido más de 4 millones de llamadas en lo que va del año, de las cuales el 28 % han sido emergencias reales que requerían atención inmediata. Con un promedio de 22.000 llamadas diarias, el 72 % son improcedentes, incluyendo bromas y consultas de información, lo que resalta aún más la necesidad de mantener un sistema robusto y eficiente para las emergencias legítimas.

 

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