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A pesar de las intensas campañas implementadas alrededor del mundo para aclarar el origen y funcionamiento de las vacunas contra COVID-19, las ‘fake news’ relacionadas con los fármacos aún circulan y llegan incluso hasta los tribunales supremos.

Fue el caso de la Corte Suprema de Estados Unidos, donde uno de jueces que la integran, Clarence Thomas, votó a favor de anular la política que obliga a los trabajadores de Nueva York a vacunarse, luego de que 16 trabajadores de salud apelaron la medida.

En su carta de oposición a la instrucción gubernamental, Thomas alegó que los trabajadores se oponen a la vacunación por «motivos religiosos», ya que creen que las vacunas de COVID-19 se desarrollaron con fetos abortados, de acuerdo con información de medios estadounidenses como Business Insider y Axios.

En este sentido, el juez estadounidense, quien también votó a favor de anular una sentencia que permitía el aborto legal en Estados Unidos, consideró que se violaba la Primera Enmienda, específicamente el derecho a que ninguna persona sea discriminada por motivos religiosos, argumento que fue apoyado por los jueces Samuel Alito y Neil Gorsuch.

Pese al apoyo, la Corte Suprema de Estados Unidos rechazó que se tratara de un acto de discriminación y ratificaron la medida implementada en Nueva York. La idea de que las vacunas contra COVID-19 tienen material de fetos abortados se ha difundido principalmente entre religiosos, quienes convocan a sus feligreses a no vacunarse.

Lo anterior, se basa en que las vacunas se prueban usando líneas celulares de fetos, un método con el que se han probado otros fármacos y cuyo material se obtiene de abortos voluntarios.

Con la información de Sputnik

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