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Colombia vive el pico epidemiológico más alto del covid-19, desde el momento de la aparición del virus en el territorio nacional. Al respecto, Luis Alexander Moscoso Osorio, viceministro de Salud Pública y Prestación de Servicios, reseñó que los diferentes picos que se presentaron en el país estuvieron relacionados con las interacciones sociales.

“Tuvimos un primer pico en julio de 2020 en el momento en el que estábamos en una apertura progresiva. Hubo un segundo pico entre diciembre y enero pasado, muy asociado a la dinámica de fiestas de fin de año, pero hubo un pequeño pico el año pasado vinculado a la celebración de amor y amistad”, expresó Moscoso Osorio.

A principios de abril de 2021 se vivió un nuevo pico derivado de Semana Santa, que tuvo una caída a finales del mismo mes, producto de las medidas de control que se tomaron y del comportamiento de la epidemia.

Ya para mayo se vio otro incremento importante también asociado a las dinámicas sociales, a las manifestaciones y movilizaciones que generaron ambientes de aglomeración y, en consecuencia, mayor transmisión del virus.

“En este año hemos tenido circulación de las distintas cepas, lo que hace mucho más fácil la transmisión del Sars-CoV2, y con la mayor circulación de personas y el relajamiento de las medidas epidemiológicas, se tuvo incluso que eliminar las medidas no farmacológicas como el pico y cédula en algunas ciudades”, expuso el viceministro.

Reconoció el funcionario que muchas personas en las protestas sociales se llevaron el virus a casa. “Se identificó que, al inicio de la curva las infecciones se dieron en personas jóvenes y luego se fueron llevando a otros grupos poblacionales, lo que sugiere que hubo un contacto generacional”.

Tercer pico

De esta manera se generó una mayor transmisión para un nuevo pico, pero con comportamiento diferente, el cual estuvo modulado primero por la cantidad de prevalencia que tenía la infección, lo que significa la cantidad de personas que ya tuvieron covid-19. Es decir, en las ciudades donde ya se dio una afectación grande, hubo menor impacto, tal es el caso de Leticia, Barranquilla y Montería.

Mientras tanto, ciudades como Bogotá tuvieron un efecto muy grande en mayo dado que la prevalencia era menor, lo que incidió en la mortalidad. Un escenario parecido tuvo Santander, Boyacá, Cundinamarca, Meta, Guaviare, Casanare o Nariño.

Frente a la ocupación UCI, Moscoso se mostró preocupado dado que en las últimas semanas se ha elevado la demanda, hasta llegar a las 7.900 camas ocupadas, lo que genera estrés al sistema de salud y dificultades en la atención. Sin embargo, se trabaja en el aumento de la capacidad instalada y traslado de pacientes entre regiones.

Por ello el viceministro sostuvo que “todo este tema generó aumento de casos, pero el comportamiento no es igual en todas partes”. Por eso se emitió la Resolución 777 de 2021, en la que se establecen instrucciones para las ciudades con ocupación de Unidades de Cuidado Intensivo (UCI) mayores al 85 % y las que están por debajo de estos puntos porcentuales.

En comparación a los territorios señalados, el resto del país tiene una tendencia a la baja, por eso desde el Ministerio de Salud y Protección Social se generan nuevas condiciones, alternativas y oportunidades para la apertura económica, social y cultural segura.

Diagnóstico covid-19 

Para el viceministro de Salud, Colombia está bien en capacidad de aplicación de pruebas, evidencia de ello es que hubo días en los que se realizaron alrededor de 100 mil pruebas diarias. “Pero desafortunadamente gran parte de las pruebas no están asociadas a búsquedas activas externas, sino a la mayor cantidad de casos que tuvimos en este tercer pico”, dijo y agregó que, dado que hubo mayor número de personas sintomáticas, se hicieron más pruebas.

Esto significa que, aunque se han hecho muchas pruebas, no han sido las suficientes; dadas las limitaciones que ha impuesto la coyuntura nacional, que impide hacer más diagnostico porque los equipos de talento humano han tenido dificultades para movilizarse. “En ese sentido mayo es probablemente el mes de más pruebas, el de más contagio, pero también el de mayores dificultades para hacer diagnostico”, enfatizó el funcionario. 

Vacunación 

En lo que respecta a vacunación, también mayo fue el mes de mayor aplicación de dosis. Señaló Moscoso en este sentido que, si no hubiera sido por la inmunización, las consecuencias hubieran sido más críticas.

“El hecho de que hubiéramos empezado a vacunar a las personas que más mortalidad tienen, que son los mayores de 80 años, generó que cuando llegamos a mayo con todas sus interacciones, muchos adultos mayores ya estaban con dos dosis”, expresó el viceministro.

Lo anterior deja ver la caída en la mortalidad y de los casos graves en población mayor de 80 años, que era el grupo que más resultaba afectado por el covid-19. “Dos semanas después también vimos lo mismo en los mayores de 70 años y posteriormente en los de 60 años”, precisó Moscoso y destacó que la vacunación tuvo un efecto muy positivo.

Cabe resaltar que, en mayo la vacunación tuvo mayor aplicación de dosis, aunque hubo limitaciones para llevar los biológicos a los territorios por atentados contra la Misión Médica, incluidos camiones en los que se distribuían vacunas y centros de acopio, pero las capacidades institucionales permitieron llegar a más de 300 mil dosis diarias aplicadas.

Misión Médica 

Justamente, reconoció el viceministro, uno de los factores de dificultad en el último mes fueron los ataques a la Misión Médica, en los que, incluso, se presentaron pérdidas humanas.

“Adicionalmente, una parte del talento humano en salud no pudo llegar a su lugar de trabajo”, dijo Moscoso. Asimismo, los pacientes tuvieron dificultades para llegar a los servicios de salud; en el mismo sentido no se abastecieron los medicamentos a tiempo; y, por último, se vio afectada la operativización del sistema de salud, como es el caso del aseguramiento del oxígeno o el líquido para diálisis.

Las ambulancias por su parte tuvieron más de 300 afectaciones. “Pero eso sólo es una parte de las dificultades que se dieron en el último mes”, enfatizó el viceministro.

Un cuarto pico

Para Moscoso existen dos maneras para contener la pandemia y ambas dependen de los ciudadanos. “Primero, las medidas de bioseguridad con el uso del tapabocas, mantener el distanciamiento físico, lavarse las manos y evitar aglomeraciones, permitirá que evitemos nuevos contagios”, dijo. El segundo es la vacunación. “Si nos vacunamos, la probabilidad de un cuarto pico es menor y si se da, por lo menos será con menos muertes y casos graves en UCI, porque los grupos que tiene más probabilidad de complicarse ya fueron vacunados”, expuso el viceministro.

Por eso hizo el llamado a los grupos priorizados que ya tienen vacunación abierta, a que acudan a los puestos de vacunación, ya que son los que tienen más riesgo de perder la vida a causa del covid-19. “Entre más vacunamos, más protegidos estamos”, precisó Moscoso. Añadió que, ahora se cuenta con el índice de resiliencia para que las ciudades sepan cómo se encuentran de cara a la apertura.

Para el viceministro es importante que la ciudadanía tenga en cuenta que seguimos en pandemia, el virus está en circulación, las medidas de bioseguridad son vitales y los diferentes sectores tienen que cumplir los protocolos ajustados a la Resolución 777 de 2021. “Es un momento complejo, pero del que podemos salir, estamos caminando hacia un nuevo futuro. Hay ciudades que ya tienen apertura, que por su índice de resiliencia ya pueden tener un partido de fútbol con público”, puntualizó.

 

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