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Como Diego Bailarín Carupia, fue identificado por las autoridades indígenas, el hombre de 26 años, que cayó en un campo minado en la comunidad Turriquitadó Alto del Resguardo Río Chageradó del Municipio de Murindó, un hecho condenable desde cualquier punto de vista y que pone en evidencia una vez más, tal como lo que hemos denunciado desde 2019, la grave crisis humanitaria por la que atraviesan los pueblos indígenas de Antioquia. 

Según ha podido establecer la Organización Indígena de Antioquia, a través de sus Sistema de Alertas Tempranas, el hecho ocurrió la comunidad ubicada en el denominado corredor biológico del Chocó biogeográfico, la zona del planeta con mayor riqueza en flora y fauna, gracias inclusive al cuidado y protección de los territorios indígenas, hoy azotados por los grupos armados al margen de la ley. 

Diego Bailarín, es padre de familia, y como la gran mayoría de los Embera Eyábida, vive de la tierra y se alimenta del bosque, de hecho, justo en el momento en que explotó la mina antipersonal, se encontraba realizando labores propias de preparación de la tierra para sembrar sus cultivos de plátano y sobrevivir con su familia, hoy su vida corre peligro, y por las condiciones geográficas de la zona, y la amenaza explícita de presuntos integrantes del ELN, los guardias indígenas y médicos tradicionales, no se atreven a trasladarlo por los caminos que según amenazas previas, volvieron a ser minados. 

Con este, el más reciente hecho, se eleva a 10 el número de personas lesionadas por este tipo de material detonante en comunidades indígenas de Antioquia, donde desde el 2020, se han registrado 10 personas muertas por esta miserable práctica de guerra, entre ellos 4 menores de edad. 

Desde el Consejo de Gobierno Mayor de la OIA, hacemos pública nuestra solicitud de trasladar desde Turriquitadó Alto, a Medellín, al hombre indígena herido, para que reciba atención especializada y así, no engrose en número de indígenas muertos por este tipo de hechos. 

Una vez más, expresamos nuestro rechazo total por la presencia de actores armados en nuestros resguardos indígenas y hacemos un llamado urgente para que el Gobierno Nacional, busque una salida negociada a este conflicto armado que no es nuestro, pero que deja graves consecuencias en nuestras comunidades. 

La Consejería en pleno de la Organización Indígena de Antioquia, lamenta profundamente los hechos ocurridos y exige a los actores armados al margen de la ley, respeto por la vida de los hombres y mujeres indígenas, de otro lado, hacemos un llamado urgente a las Naciones Unidas, la Defensoría del Pueblo, Map OEA, al Alto Comisionado para la Paz y al Gobierno Nacional así como a las instituciones nacionales e internacionales defensoras de derechos humanos para que haya un especial acompañamiento a las comunidades de esta zona del departamento, donde se ha venido registrando sistemáticamente el recrudecimiento del conflicto armado tras la firma de los acuerdos de paz entre el Gobierno Nacional y las Farc.

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