Desde este miércoles, en horas de la noche, un total de 127 familias que estaban en la UPI de la Florida volverán a Pueblo Rico (Risaralda). De ahí irán hasta la vereda Dokabú y luego se desplazarán a diferentes lugares aledaños.
Después de más de un año de acompañamiento y los últimos dos meses en la UPI la Florida, un total 460 indígenas se trasladarán a sus resguardos gracias a la labor hecha, de manera conjunta, entre la Alcaldía de Bogotá, a través de la Alta Consejería de Paz, y la Unidad para las Víctimas.
De hecho, durante las últimas semanas se intensificaron los diálogos entre la institucionalidad y los líderes de esta comunidad para concretar la vuelta a los territorios ancestrales.
Mientras que el Distrito se encargó del traslado de los enseres consiguiendo los buses para el viaje de los indígenas y de garantizar las condiciones de bioseguridad, además de la alimentación, el Gobierno Nacional logró generar las condiciones mínimas para este retorno y la sostenibilidad del mismo.
Todas las personas que saldrán de Bogotá cuentan con una valoración médica previa, trámites adelantados para la portabilidad en salud y la gestión con el sector educación para la atención con enfoque diferencial de niños, niñas y adolescentes que se encontraban escolarizados.
Asimismo, se espera que este retorno sirva para fortalecer el modelo de gobierno propio y pervivencia cultural del pueblo Embera Chamí y que inste al Gobierno Nacional a revisar las condiciones de vida de las comunidades indígenas en todo el territorio,
Según la Administración Distrital, si no encuentran condiciones de dignidad y seguridad para desarrollar sus proyectos de vida comunitarios esta situación se puede volver a presentar.