El trabajo articulado de la Fiscalía General de la Nación, a través del Grupo de Investigaciones Especiales del CTI; la Armada Nacional y el Ejército Nacional con el apoyo de la Agencia Estadounidense DEA, permitió llegar a la vereda La Esperanza, en Cumbitara (Nariño), donde estaba en pleno funcionamiento un complejo narcotraficante que pertenecería a la estructura disidente de las Farc ‘Urías Rendón’.
En el lugar fueron encontradas más de tres toneladas de clorhidrato de cocaína, exactamente 3.121 kilogramos, distribuidas en planchones metálicos, canecas y baldes. Al parecer, acababa de culminar el proceso de cristalización y el estupefaciente iba a ser embalado para coordinar su salida por el río San Pablo hacia las costas del Pacífico. Adicionalmente, se hallaron 849 kilogramos de pasta base de coca, 6.135 galones de precursores líquidos, 1.765 kilogramos de insumos químicos sólidos, motobombas, compresores, una planta eléctrica y otro tipo de maquinaria que permitía una producción mensual ilegal de hasta cinco toneladas de cocaína.
Los elementos de prueba indican que todo el andamiaje criminal estaba a cargo de alias Javier, cabecilla del grupo residual ‘Urias Rendón’. Esta organización ilegal sería la responsable de garantizar la salida de los cargamentos en lanchas rápidas con destino a contactos de los carteles mexicanos, en distintos países de Centroamérica. Las investigaciones dan cuenta de que la droga encontrada y todos los elementos dispuestos para la actividad narcotraficante superarían en valor los nueve millones de dólares.