Bruselas, 21 de junio de 2023 – La Comisión Europea ha presentado hoy su primera estrategia de seguridad económica con el objetivo de poner freno a la venta de tecnología avanzada a países como China. La iniciativa busca supervisar y regular las exportaciones de productos de vanguardia, como la computación cuántica, los semiconductores y la inteligencia artificial, con el fin de evitar que estas tecnologías potencien las capacidades militares de ciertos países preocupantes.
La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, ha explicado que se están considerando un conjunto limitado y específico de tecnologías de vanguardia para su mayor control. Von der Leyen ha destacado que la estrategia es independiente de los países y respeta el libre mercado, pero se ha vuelto evidente que el principal objetivo es China, la segunda economía mundial y uno de los principales socios comerciales del bloque europeo.
La propuesta de von der Leyen se centra en reducir los riesgos o «desarriesgar» en las relaciones con China, un concepto que busca establecer un equilibrio entre un compromiso estrecho y un distanciamiento total. Este término fue introducido por la presidenta de la Comisión Europea en un discurso histórico a finales de marzo y posteriormente respaldado por el G7 en Hiroshima, lo que demuestra su creciente relevancia en el escenario internacional.
La estrategia de seguridad económica presentada por la Comisión Europea marca un hito en los esfuerzos por controlar y regular la venta de tecnología avanzada. Se espera que esta iniciativa genere un debate en el seno de la Unión Europea sobre las relaciones comerciales con China y la necesidad de salvaguardar los intereses económicos y de seguridad de los países miembros.
El control de la exportación de tecnología de vanguardia es un tema de creciente importancia en el ámbito global, ya que las capacidades tecnológicas tienen implicaciones significativas en la seguridad y el equilibrio de poder. Bruselas, con su nueva estrategia, busca establecer un marco normativo que proteja los intereses europeos y garantice un comercio justo y seguro en el sector de alta tecnología.