Para nuestro pueblo Awá organizado en la UNIPA, el 2020 se convirtió en un año en donde el recrudecimiento de la violencia

deja diversas afectaciones tanto físicas como espirituales, sufrimos la perdida irreparable de 32 vidas de integrantes de nuestra familia Awá, afrontamos dos masacres, fuimos víctimas de desplazamientos forzados, confinamientos, minas antipersonal y otros artefactos explosivos en el katsa su, dejando expuestos a quienes debemos recorrer los caminos ancestrales, pero aún algo más preocupante impidiendo que podamos realizar nues tras actividades de sostenimiento de la familia como lo son; la caza, pesca y recolección. Amenazas a autoridades del gobierno propio Awá, amenazas a líderes y lideresas de las comunidades, atentados a las familias, desapariciones forzadas, reclutamiento a jóvenes, afectaciones ambientales irreparables, desarmonización en el territorio por nuevas prácticas introducidas por externos que desde la cosmovisión nos están llevando a desaparecer silenciosamente, evidencian la violencia desmedida que debemos afrontar cotidianamente.

Todo estos hechos pasan desapercibidos ante los ojos del mundo,mientras tanto en laregión se generan mas señalamientos, persecuciones y estigmatización. Desde hace más de 20 años venimos denunciando el exterminio sistemático que debemos afrontar dentro y fuera del territorio ancestral, cinco administraciones han pasado sin obtener respuesta efectiva del gobierno nacional, departamental y municipales, quienes cada nuevo periodo imponen dinámicas de gestión y políticas diferentes que dilatan los procesos emprendidos.

En el año 2009, en menos de 6 meses fuimos víctimas de dos masacres a saber; la del Resguardo Indígena Awá de Tortugaña Telembí en el municipio de Barbacoas el 4 de febrero y la del Resguardo Gran Rosario en el municipio de Tumaco el 26 de agosto, de las cuales hoy sus víctimas siguen siendo revictimizadas pues lastimosamente en este año 2020 muchos de los hechos victimizantes que hemos denunciado se han dado en estos mismos resguardos,afectando nuevamente a sus habitantes que siguen buscando como recuperarse de los golpes que deja la violencia en su ser ɨnkal Awá. Toda esa violencia desmedida en contra nuestra hace que nos preocupe la pervivencia de la cultura ancestralɨ nkal Awá, los actores armados legales e ilegales que operan dentro del territorio Awá han generado temor a quienes luchamos por la defensa de la autonomía que por ley de origen nos pertenece.

La Zona Telembí Awá– proceso donde se encuentran 6 resguardos asociados a la UNIPA– ha hecho en el mes de diciembre un clamor por la paz mediante una carta abierta dirijida al Comando Central del ELN, para buscar alternativas de diálogo para construir conjuntamente la tranquilidad y la paz, nos unimos a esa solicitud: “como gobierno indígena, que tomen medidas inmediatas frente a las acciones que afectan a nuestro territorio Katsa – su, la vida y el buen vivir de nuestros compañeros para evitar más derrame de sangre y desplazamientos. Los instamos a revisar la aplicación de sus principios en nuestro te rritorio y a comprometerse con acciones que demuestren su capacidad de retomar con valentía la senda de la paz” (Carta abierta, Zona Telembi, 2020), queremos seguir viviendo como inkal Awá y morir de viejos en nuestro territorio ancestral.

El Resguardo de Gran Rosario, por su parte denuncia en su comunicado del 26 de diciembre el asesinato de 4 de sus integrantes en el año 2020 por parte de un grupo armado ilegal que opera en la zona, desapariciones forzadas, atentados, amenazas a sus líderes y familias, víctimas de MAP y MUSE, demostrando que el futuro en esta zona de nuestro territorio es desesperanzador.

Estamos cansados de una guerra que desde siempre hemos manifestado no es nuestra, lo que hacen con nuestro pueblo es abusar del poder que les dan las armas, nos asesinan, amenazan, y des pojan de nuestro territorio, que milenariamente nos ha pertenecido, quitándonos la tranquilidad y armonía que como pueblo Awá hace parte de nuestra cosmovisión y siempre hemos difundido, todo esto mediante una estrategia silenciosa de exterminio. Si bien los actores armados legales e ilegales son quienes afectan nuestra tranquilidad directamente, los gobiernos de turno no han hecho nada significativo para garantizar la supervivencia Awá, por acción u omisión han sido espectadores del exterminio sistemático al que nos tienen sometidos, conociendo toda la legislación y protección constitucional que existe incluso mediante los diferentes autos (Auto 004/2009, Auto 174/2011, Auto 620/2017) emitidos por la Corte Constitucional, que demandan al Gobierno Nacional garantizar la pervivencia física y cultural del pueblo Awá, así como las medidas cautelares MC –061 de 2011 proferidas por la CIDH.

Por lo anterior, exigimos al Presidente de Colombia el señor Iván Duque, que materialice acciones en el territorio que permitan construir la paz en nuestra región más allá de las limitaciones que tiene la definición de áreas misionales, mediante la implementación del Acuerdo Final, así como el cumplimiento de los diferentes Autos, debido a la situación extraordinaria de violencia que estamos viviendo los Awá, asi como nuestros hermanos afros y campesinos con quienes nos solidarizamos en medio de esta dura situación.

Es necesario que se brinden las garantías constitucionales que tenemos como ciudadanos colombianos para que podamos seguir existiendo con nuestra cosmovisión, que el abandono histórico al que se tiene sumido a la Colombia rural sea superado, que se le apueste a un desarrollo social sostenible, que se invierta en las verdaderas necesidades que saquen del letargo y el atraso a nuestras comunidades.

En el año 2021 es de suma urgencia levantar un grito por los que no tenemos voz; esperamos que la comunidad internacional, las diferentes organizaciones sociales, la Iglesia, los sectores académicos y comunidad científica, medios de comunicación, parlamentar ios y sociedad civil en general, hagan eco de nuestras denuncias, no queremos remar solos frente al exterminio al que nos vemos sometidos, necesitamos de todo el apoyo para poder pervivir, invitamos a difundir nuestros diversos llamados frente al respeto que exigimos a quienes nos están asesinando, que la solidaridad que necesitamos trascienda en aras de garantizar nuestra pervivencia ancestral.

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