Cada día siguen llegando más familias indígenas pertenecientes del departamento del Chocó, quienes vienen huyendo por miedo de las acciones de la guerrilla del ELN, lo que ha llevado que ya sean más de 300 indígenas los que están siendo atendidos por la Defensoría del Pueblo y la Alcaldía de Pereira, lo cual ha desbordado su capacidad de atención humanitaria.

Y es que las ayudas humanitarias para atender esta problemática no son suficientes, los indígenas se encuentran en confinamiento y presentan enfermedades como neumonía y tuberculosis, así mismo los niños tienen cuadros virales y algunos padecen de desnutrición.

Misael Queragama, líder de la comunidad indígena del Chocó, uno de las víctimas de desplazados por esta situación que se viene presentando en el Alto Andágua y otros territorios aledaños, ha expuesto que las ayudas entregadas por la administración municipal de Pereira, aunque han sido de utilidad, son insuficientes. También advierte de la poca infraestructura y recursos para atender a la población, la cual se espera siga creciendo a medida que pase los días, dado el desplazamiento masivo de las comunidades indígenas quienes huyen del asedio de ELN y los demás grupos armados que se disputan la zona.

“En el momento nos han dado, desde la Defensoría del Pueblo y la Alcaldía de Pereira, al menos dónde vivir, pero todo lo que nosotros necesitamos en el día a día no se encuentra acá, nos hacen falta muchas cosas y las que nos están dando no alcanzan para todos nosotros, porque están llegando más personas desde el resguardo”, señaló el líder indígena.

La situación que presentan los indígenas es desalentadora, pese a la intervención de la alcaldía de Pereira y entidades que han unido esfuerzos para contrarrestar esta situación. Lo cual, ha dejado en evidencia la poca capacidad de reacción que tiene la ciudad, quien se ha visto obligado a pedir ayuda al gobierno quien aún no ha cedido a aportar significativamente a esta crisis humanitaria, que ha sido desencadenada por el conflicto interno, llevando a los Embera Chamí como otras comunidades, hacer obligadas a abandonar sus territorios ancestrales.

Los indígenas que están en esta situación han tenido que ceder (por los pocos recursos suministrados) a prestarse unos a otros los utensilios de aseo personal, aún las colchonetas donde están durmiendo para dormir incómodos con personas que se encuentran enfermas, lo que ha desencadenado una cadena de enfermedades virales y demás que acentúan la delicada situación humanitaria.

“Nos hacen falta muchos kits de aseo, estamos compartiendo de todo; tampoco tenemos colchonetas para todos, nos toca compartir también las colchonetas, incluso con todos los que están llegando, por lo que algunos dormimos en el suelo o ajuntados”, dijo Queragama.

De esta manera, se está en la espera que el gobierno tome medidas sobre esta grave situación a la que aún no se ha recibido su respaldo, por lo que la administración local ha tenido que desenvolverse con los recursos que han designado para tal eventualidad, en la que se han unidos comerciantes y ciudadanos.

Por último, se hace un llamado para que se garanticen los derechos de los infantes de estas comunidades indígena alojadas en la capital risaraldense, quienes no están teniendo acceso a tratamientos médicos, ya que “por ejemplo, los niños se han enfermado mucho y se devuelven del hospital sin medicamentos».

 

 

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