Con tres presentaciones en las que interpretaron villancicos y canciones decembrinas junto a la orquesta Filarmónica de Medellín, el Coro Reconciliación, integrado por víctimas del conflicto y excombatientes de grupos armados ilegales, logró un espacio de paz y reintegración que aporta a la paz y por eso continuará el próximo año.

La Unidad para las Víctimas brindó el acompañamiento psicosocial y apoyó a los sobrevivientes para asistir a los ensayos durante los últimos tres meses. Doce de ellos llegaron hasta el final como parte del coro conformado al final por 22 personas.

María Cecilia Franco es una de ellas. Para esta mujer que durante más de 50 años ha sido cantante, pero también víctima de desplazamiento forzado y representante por este delito en la mesa de víctimas de Girardota. Para ella «este proceso con el coro es muy bonito porque por medio de la música nos da la oportunidad de aprender a perdonar, superar esos dolores por la violencia, por el desplazamiento forzado y uno se siente uno muy feliz”.

El origen del Coro Reconciliación es una iniciativa de la Orquesta Filarmónica de Medellín, que desde mediados de este año gestionó con la Unidad para la

las Víctimas y la Agencia para la Reincorporación y la Normalización, la conformación de un grupo que integró, a través de la música, a personas que sufrieron el conflicto armado y los excombatientes de los grupos armados ilegales en proceso de reincorporación a la vida civil.

María Catalina Prieto, subdirectora de programación de la Orquesta Filarmónica Medellín, destacó que este proyecto demostró que el arte es un instrumento poderoso para resignificar las relaciones y ellos ya no se distinguen como víctimas y excombatientes, sino como cantantes y por eso ahora la meta para el próximo año es conformar un gran coro de 100 personas».

Entre tanto, «la Unidad para las Víctimas apoya los proyectos artísticos y culturales de los sobrevivientes las comunidades afectadas por la violencia como medidas de satisfacción de su reparación integral», afirmó el director de la Unidad para la Reparación a las Víctimas en Antioquia, Wilson Córdoba Mena.

Para un reinsertado de la guerrilla y, a la vez, víctima de reclutamiento forzado como Jefferson Andrade Mosquera, esta experiencia es reparadora: «me hizo muy feliz porque, a pesar de lo que vivimos cuando cometidos el error de estar en estos grupos ilegales, queremos tener otra oportunidad y la música es lo que yo quiero hacer en mi vida».

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